Isis Subía busca la llave del cofre en el que guardó el cráneo de su hermana Natalia, una profesora quiteña que desapareció en septiembre de 2018, cuando iba a comprar medicamentos.

Aquel cajón reposa en un nicho de la iglesia de La Basílica, centro de Quito. Isis debe abrirlo otra vez para meter los últimos restos óseos que le entregaron funcionarios de la Fiscalía, en un acto simbólico, la tarde del miércoles pasado.

La entidad informó mediante un tuit sobre el hecho y enfatizó que “las pericias practicadas por la Fiscalía determinaron que son compatibles con el ADN de la víctima”.

Los huesos de un pie, un fémur y una tibia fueron hallados hace ocho meses en la quebrada Armero, en el norte de la capital. Para Isis, que se hayan demorado ese tiempo en determinar “que eran los huesos de mi hermana es negligente”.

Esta semana irá con los oficios entregados por la Fiscalía hasta Medicina Legal para retirar los restos óseos. La familiar de la víctima dice que es desesperante realizar estos trámites. No sabe si comprar un ataúd de bebé para ver si alcanzan los huesos encontrados junto al cráneo.

Añade que agregará una fotografía y rosas antes de enterrarlos cerca de los nichos en los que descansan sus abuelos. “Todas las diligencias las hago sola porque mis padres se han enfermado. No soportan revivir el dolor”.

Isis dice que esto no termina con la sepultura del menos del 20 % del cuerpo de su ñaña. Ella afirma que luchará para que se realice una investigación profunda con respecto a la causa de la muerte de Natalia y quién o quiénes fueron responsables del crimen.

Hasta el momento hubo un sujeto que fue indagado por la Fiscalía. Este habría sido el responsable de una publicación en Facebook. En la misma había un mensaje con una descripción en la que se especificaban los nombres completos de un hombre y se decía que este habría sido el causante de la muerte de Natalia.

Narraba cómo, al parecer, el sujeto la abordó en su vehículo, la llevó a su domicilio y aparentemente le quitó la vida.

Sin embargo, según Isis, el individuo no fue detenido y solo tuvo que presentarse en un par de ocasiones a rendir su versión.

Los huesos fueron encontrados en una limpieza

Luego de la desaparición de Natalia, en 2018, la Fiscalía determinó que sus restos podrían estar en la quebrada Armero, ubicada a unos 10 minutos en vehículo de donde vivía la joven, en San Juan. Las autoridades determinaron que era una desaparición.

A pesar de que se tenía conocimiento de este lugar, fue personal del Municipio que realizaba labores de limpieza el que halló los huesos y no durante una diligencia judicial del caso.