Exclusivo
Actualidad
Caso Lisbeth Baquerizo: “Sé que mi hija ya lo perdonó”
Su madre asegura que el día en que tenga en frente a su yerno le llevará la foto en la que su hija, con un beso, sellaba el amor que sentía por él.
Un suspiro profundo brota del pecho de Virginia Mariuxi Muñoz Toro, al ver la foto en la que su hija, Lisbeth Tatiana Baquerizo Muñoz, besa en la frente a su esposo, Luis Javier Hermida Nuñez, el día de su boda religiosa.
Pero esa imagen, que atesora como el recuerdo más feliz en la vida de Lisbeth, es la que le piensa mostrar al hombre que le habría arrebatado a la mayor de sus ‘princesas’, el día en que lo tenga en frente, asegura.
“Sé que algún día lo veré. Ese día mirándolo a los ojos le preguntaré si de verdad la amó. Le llevaré esta foto y le diré: ¡aunque tú la mataste, ella te perdona!... Yo no puedo hacerlo. Quiero justicia, no venganza”, expresa Virginia, mientras sostiene el álbum en el que reposan las gráficas del matrimonio Hermida Muñoz.
En la memoria de Katty, como llaman a Virginia, están almacenada la relación de 13 años de su hija y de Luis. “A él lo conocimos el día en que Liss cumplió 18 años. Mi hija y su padre estaban comprando cuando él llegó con un ramo de flores, chocolates y un peluche. Mi niña se sorprendió. Lo invitamos a pasar y durante la comida hizo una pausa para confesarnos que eran novios y que la amaba”, rememora Muñoz.
Confiesa que aunque la relación les tomó por sorpresa, nunca se opusieron a ella, porque Lisbeth tenía 18 años y había cumplido la promesa que le hizo seis años antes. “Hicimos un pacto que a los 18 podía traer a su primer novio a casa”.
Katty hace una pausa para secar sus lágrimas que humedecen sus mejillas. Y nuevamente fija su mirada en otra de las fotos del matrimonio.
Manifiesta que durante la relación nunca observó una señal de maltrato hacia su hija. “Luis se bajaba del carro para abrirnos la puerta, nos daba la mano y nos decía: ‘Cuidado se tropiezan, hay una piedra. Cuidado el escalón’. Sin embargo, se convirtió en el ‘monstruo’ que le arrebató la vida a mi hija. No le importó el amor que ella le tenía”, expresa.
A la tercera le dio el “sí”
Recuerda que durante los 11 años de noviazgo, Luis le pidió tres veces matrimonio a Lisbeth. La primera fue en 2013. Liss le dijo que no, porque su hermana había sido diagnosticada con leucemia. Luego fue cuando estaban a un semestre de graduarse como ingenieros. Ella le dijo nuevamente no, porque debían preparar la tesis.
Cuenta que en 2018, su hija y el sospechoso del femicidio viajaron a Quito y fue en esta ciudad donde por tercera vez le pidió matrimonio. “Esta vez mi hija lo aceptó. Nos llamó a darnos la noticia. Su padre y yo le dijimos por teléfono: ‘Mijita, si tú estás feliz, nosotros estamos felices’. Cuando regresó nos enseñó el anillo de compromiso, estaba feliz”.
La pareja se casó el 8 de octubre de 2019, cinco semanas después, el 16 de noviembre, se efectuó la boda religiosa. “Su matrimonio fue un cuento de hadas. La marcha nupcial fue dada por un violinista con la canción de la Bella y la Bestia. Se realizó en la iglesia de La Merced, justo al lado de la Fiscalía donde hoy he suplicado justicia”, manifiesta.
Bolívar Baquerizo, papá de la joven, sostiene que fueron las amigas de su hija quienes les contaron que los primeros maltratos físicos y psicológicos contra Liss comenzaron poco después del matrimonio. “Le habría insultado y empujando. De eso recién nos hemos enterado”.
Los progenitores de Lisbeth no tienen claro qué pasó en la casa ubicada en una urbanización de la vía a la costa, donde desde hace seis meses residía la pareja, pero de lo que sí están seguros es de que su hija luchó por su vida.
“Pienso que Lisbeth le descubrió algo y le pidió el divorcio, quizás por eso se dio la pelea. La prueba de luminol (prueba bioquímica forense) arroja sangre por toda la casa, mi hija no se quedó en una esquina esperando a que la matara, ella se defendió y nosotros hoy luchamos para que su crimen no quede impune”, sentencia Katty.
Investigan presuntos actos de corrupción
La tarde del pasado viernes, la Fiscalía allanó las oficinas de la Dirección de Control Jurídico y Actuación Fiscal de la Fiscalía Provincial, edificio La Merced, ubicada en Víctor Manuel Rendón y Córdoba, centro de Guayaquil, para investigar presuntos actos de corrupción relacionados con el caso del presunto femicidio de Lisbeth Baquerizo.
En la diligencia se incautaron equipos electrónicos y teléfonos celulares de una funcionaria de la institución del Estado.