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Las casas en venta en Durán: las ofertas no llegan ni a la mitad
Compradores plantean pagar bajísimo. “Poco más y quieren que se las regalen”, dicen dueños. Una nueva ola migratoria podría estar empezando. Algunos se regresan al ‘campo’
En la reunión en la que celebraban el cumpleaños 28 de Liliana, uno de los presentes dijo ‘Durán’ y desató una controversia. Mateo planteó si alguno de sus seis primos, todos jóvenes adultos, estuviera dispuesto a residir en el cantón ferroviario si una vivienda con todos los servicios básicos fuera obsequiada sin tener que adquirir ningún tipo de deuda.
“Eso ni siquiera se pregunta”, dijo Manuel, el mayor de los seis. “Ni loco me fuera para allá”, sentenció. A esto también respondió Pamela, unos años menor a Manuel, diciéndole que era poco inteligente porque “¿quién no quisiera tener una propiedad a su nombre?”. La discusión terminó 30 minutos después y ninguno de ellos tuvo que ir a Durán, porque solo era un caso hipotético.
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Esto es muy diferente a lo que vive Mariana, de 56 años y oriunda de una localidad en las afueras de Jipijapa, Manabí. Todos los días, ella tiene que cruzar el puente que une a Guayaquil con Durán. La situación de la mujer no es una suposición más, sino que su casa está ubicada en la cooperativa 16 de Octubre, zona en la que diariamente, según Mariana, se escuchan detonaciones de arma de fuego.
Hace casi 30 años ella llegó al cantón que integra a la zona 8 (junto con Guayaquil y Samborondón) y pudo establecerse ahí. Construyó a base de sacrificios su hogar y logró crear un patrimonio para sus dos hijos, que ahora tienen 33 y 27 años.
“Pareciera que no hay más opción que irse de aquí, porque en cualquier momento uno de nosotros puede ser la víctima colateral”, afirma.
Y por ese miedo que le genera encontrarse en medio de la violencia que ha crecido en los últimos meses en esta localidad, Mariana hace poco decidió poner en venta su propiedad (una casa de una planta).
Pero los resultados de la búsqueda de un comprador no han sido tan satisfactorios. Ella ha establecido un precio de 50 mil dólares para la edificación. “Creo que es un buen precio”, dice, pero la única oferta que le han hecho no llega ni a 20 mil y eso le ha preocupado. “Poco más y uno tiene que regalar su casa. No es justo, tampoco, que uno se haya esforzado tanto para ahora terminar dando la casa tan barata”, dice la mujer con actitud contrariada y revela que la justificación que le dieron es que “nadie quiere irse a Durán”.
Aunque Mariana guarda la esperanza de que le llegará una mejor oferta, ella está consciente de que esto le podría tomar bastante tiempo y, en su caso, apenas ha pasado un mes. Al igual que ella, Iliana Soto, corredora de bienes raíces en la localidad, tiene fe porque “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”.
A Iliana, por su parte, le ha tocado hacer ‘maravillas’ para concretar ventas de inmuebles. “Estoy en el negocio desde hace tres años, he tenido casas en venta, pero no se han cerrado los negocios. La única venta que he podido cerrar ha sido en la urbanización Panorama Real y fue hace poco con una colega”, asegura.
El negocio en Durán, según explica Iliana, se mueve más por el lado de los alquileres o lo comercial. Bodegas, locales u oficinas son las más buscadas en el mercado de bienes raíces. Sin embargo, dice que debería ser equitativo, pues muchas familias llegan a establecerse allí por la cercanía a sus lugares de trabajo, entre ellos empresas grandes.
Pero las ofertas que hacen por los inmuebles sorprenden. Iliana, desde hace varios meses, promociona una propiedad en la calle principal de Los Helechos. Esta cuenta con 307 metros cuadrados por un valor de 110 mil dólares. “Han querido pagar 45 mil. Obviamente esa oferta está fuera de mercado. Piden rebajas siempre, pero lo de ahora ya es excesivo y el negocio de bienes raíces también se ve afectado”.
La oferta más alta que recibió por el mismo terreno fue de 97 mil y estuvo a punto de vender la propiedad, pero “esa semana hubo muchas muertes” y no se concretó el negocio. No obstante, aunque la solución pareciera estar completa con vender las propiedades, todavía queda pensar en un detalle más: el nuevo lugar al que se llamará hogar.
Roberto, el dueño de un negocio de la ciudadela Democrática Norte, cuenta que por sus labores conversa con muchas personas a diario, algunos de estos son técnicos en refrigeración. “Lo que me han dicho es que prefieren irse a lo que nosotros le podemos llamar ‘el campo’, porque no soportan más la inseguridad”.
Entre las opciones que le cuentan están localidades cercanas como Virgen de Fátima, pasando el peaje Durán-Tambo. Mariana, por su parte, también tiene como opción migrar hacia su lugar de origen, en Manabí. “La cosa es que de qué se trabaja allá. No tenemos las mismas oportunidades que aquí”, cuestiona.
Billy Navarrete, director del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, afirma que la migración es una de las características nuevas que se apuntan por el crecimiento de la criminalidad en Durán. “El desplazamiento forzoso se había registrado en otros países de América Latina, especialmente en Colombia, donde el fenómeno es extendido, pero acá a partir del 2019 se conoce de esto en el país”.
Los datos de migración, según él, se han reportado a organismos internacionales para que estos puedan calificar al Ecuador como un país donde la migración forzosa es un fenómeno documentado. “Conocemos de casos en los que viviendas de líderes comunitarios han sido baleadas y han tenido que refugiarse en ciudades más apartadas dejando atrás todo el trabajo de años”, explica.
Por otro lado, desde la Policía Nacional se informó que no ha recibido novedades de edificaciones que necesiten resguardo luego de algún ataque o intento de asalto o de propiedades que estén en venta y que hayan sido solicitado patrullaje en la zona.
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