Con pena y con temor miran los vecinos una casa ubicada en las calles Quijano y Loja, centro de Quito. En algún momento fue una fábrica de licores que poco a poco se ha ido desmoronando. “Esa edificación tiene historia. Ahí se hacía el licor llamado Flores de Barril, que fue muy conocido en Quito”, contó Silvia Oviedo.

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La tarde del jueves, uno de sus muros se desplomó sobre la vereda. Al ser de adobe, las lluvias lo sobrecargaron y cedió. “Pensamos que era un choque porque sonó muy fuerte”, comentó Luz María Tapia, quien vive al frente.

Los moradores están preocupados, pues las lluvias han sido más fuertes que en años pasados, por lo que temen lo peor con edificaciones que datan de los siglos XIX y XX. Sobre todo porque no han recibido mantenimiento. La casa afectada es propiedad del Municipio de Quito desde hace unos 10 años, pero antes le perteneció al Seguro Social. “Ninguno se hizo cargo”, lamentó Luz.

Desde su ventana se puede ver que solo quedan vestigios de la estructura de madera del techo. “Nosotros logramos tapiar las puertas y ventanas porque hasta hace poco era también un lugar habitado por personas en situación de calle”, agregó.

Hay más edificaciones patrimoniales afectadas por las lluvias

En total, 7.500 constan en los registros municipales como edificaciones patrimoniales en toda la ciudad. EXTRA consultó al Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) si existen cifras sobre las afectaciones de las lluvias a estos espacios, pero no respondieron.

Lo que sí dijeron es que realizaron la inspección y están elaborando el informe de la casa de la Quijano. “El daño se debe a que una parte del muro del cerramiento colapsó debido a la humedad acumulada por las lluvias. Una vez levantados los informes tomaremos las acciones pertinentes”, dijeron desde el departamento de comunicación.

Pero no es la única. En la avenida Maldonado, en el sector de Chimbacalle, otra vivienda colapsó esta semana. “Esta casa ya ha estado abandonada por lo menos 20 años”, manifestó Luis Flores, quien vive junto a la edificación.

Calificó como un “milagro” que nadie haya salido herido por el colapso de los muros. Afortunadamente, en ese momento no había nadie. “Hemos pedido la demolición total o, por lo menos, de las partes más afectadas, pero el Municipio dice que no se puede, porque es patrimonial”, explicó.

El IMP insistió en un comunicado que los propietarios o custodios son quienes deben evaluar los requerimientos y ejecutar acciones preventivas como la limpieza de canales, bajantes, sumideros, tuberías, pozos, retiro o reposición de tejas en mal estado, reparación de goteras por desgaste de recubrimientos u otros trabajos menores. Los vecinos piden que los bienes que pertenecen al Cabildo tengan precisamente dichos mantenimientos.

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