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Reportaje
¡Cárteles internacionales envían 'regalos' de grueso calibre!
Se ha descubierto que los narcotraficantes extranjeros hacen obsequios a los traficantes locales, tras recibir un cargamento de forma 'exitosa'.
Los ‘rastrillos’ de las organizaciones criminales ecuatorianas han sido abastecidos con armamento de uso militar, de alto calibre, y esta situación preocupa a los investigadores locales, porque los delincuentes contarían con herramientas mucho más letales que las de la Policía Nacional.
Estos grupos delictivos tienen en su haber granadas y fusiles que utilizan municiones de calibre 7,62 milímetros, capaces de atravesar blindajes (ver infografía). Es por eso que este tipo de proyectiles se utiliza en conflictos de guerra.
El 6 de agosto de este año, tras una investigación de la Dirección General de Inteligencia (DGI), un equipo de agentes intervino en un domicilio de las calles 32 y San Martín, del suroeste de Guayaquil, porque tenían información de que en el sitio se ocultaba este tipo de armamento, pero alguien habría alertado la llegada de los uniformados y en un vehículo se habrían llevado los fusiles, según reveló a EXTRA una fuente oficial.
Sin embargo, los gendarmes descubrieron -entre varias evidencias- 51 cartuchos en una funda transparente, que coincidían con las características de las armas que buscaban decomisar.
César Peña Morán, fiscal con experiencia en delincuencia transnacional, señala que la mayoría del armamento de grueso calibre que tienen las organizaciones criminales en Ecuador no es comprado, sino entregado como regalo.
El funcionario explica que se trata de una retribución a un envío de sustancias estupefacientes o un agradecimiento por la buena calidad del producto. “Es una comisión que entrega la delincuencia organizada internacional a las bandas delictivas de nuestro país”, precisa.
Peña sostiene que existen diferentes investigaciones en curso, para descubrir dónde se ocultan estas armas. Entre esas indagaciones están los dos atentados que sufrió su lugar de labores: la sede de la Fiscalía del cantón El Triunfo, en Guayas.
En contra de este sitio fueron lanzados artefactos explosivos, en marzo y julio de este año, y el fiscal sospecha que detrás de estos eventos estuvieron organizaciones criminales.
Max Rojas, el jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), sostiene que “estas organizaciones delictivas, como vemos, están tratando de armarse más, permanentemente, para causar más daño a sus enemigos, pero también muchas de las veces, como hemos visto en otros casos, causar daños a terceras personas que no tienen nada que ver en problemas de estas bandas”.
Rojas confirma que este armamento es conseguido por las “alianzas estratégicas” que existen con cárteles extranjeros, con un único objetivo: demostrar su poderío ante sus enemigos.
Granadas: explosivos con dos efectos
Las granadas de mano ocasionan dos efectos: el daño físico y el psicológico. Así lo detalla la enciclopedia cubana EcuRed en un artículo dedicado a este tipo de armamento, publicado en su portal web.
La primera consecuencia se debe a que la explosión crea una onda expansiva que, con la ayuda de las esquirlas, puede herir o matar a un enemigo, “o como mínimo hacerlo desplazar unos metros”, según el informe.
El segundo efecto, el psicológico, intimida al adversario, quien buscará refugio o la forma de alejarse de un determinado lugar. Esto debido a la “fuerte y sorpresiva detonación”.
“Si se espera una granada, todos se esconderán o huirán; si no se la espera, existen unos segundos en los cuales los sobrevivientes estarán incapacitados, sordos y confundidos por la detonación, posiblemente tosiendo por el humo y con los ojos irritados”, se menciona en el estudio.
El portal especializado Armas.es define a las granadas de mano en una frase: “el poder de lanzar devastación”.
Composición
En un manual de instrucción de uso de granadas, del Ejército de España, se precisa que estos elementos se conforman por tres partes: el cuerpo, que es el que contiene la carga; el artificio de fuego, que la inflama tras ser accionada, y la carga, que generalmente es explosiva.