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Con su carita de 'yo no fui' una abuelita logró viajar 30 veces gratis por el mundo
La historia de una mujer polizona que hoy enfrenta cargos en Estados Unidos
Jamás persona alguna de humilde estado ha ganado gran poder sólo por medio de la fuerza, pero sí solo con la astucia. Tal vez esta famosa frase de Maquivelo no se ajuste del todo al caso de Marilyn Hartman, pero la osadía y decisión de esta aparentemente sencilla mujer, de 69 años, le ha valido para pasearse por el mundo en las dos últimas décadas, como una gran potentada, aunque pasando de agache siempre.
De cabello blanco y elegancia al caminar no levantaba sospechas. Hartman, aprovechaba su actitud angelical para evadir la seguridad en los aeropuertos y viajar hasta 30 veces gratis durante los últimos 19 años.
La adulta mayor nunca necesitó de un pasaporte, un boleto o una tarjeta de embarque. Las autoridades la llaman la “polizona en serie”. Según confesó a la Justicia en EEUU, la mujer solo caminaba entre los otros pasajeros, pasaba un control, dos, llegaba a la sala de espera y luego entraba al avión y buscaba un asiento. Así de sencillo, según informa el diario británico Daily Mail.
Se hacía la distraída
Y, cuando era descubierta, simplemente se hacía la distraída y con educación e inocencia inventaba cualquier excusa. “Realmente no quiero meter a nadie en problemas”, le dijo una vez un oficial de policía que le preguntó cómo había subido a un avión.
Recientemente fue arrestada dos semanas después de que un juez rechazara un acuerdo de culpabilidad que le habría otorgado libertad condicional por un intento anterior de polizón en un vuelo.
Hartman supuestamente abandonó la instalación donde se había estado quedando mientras estaba en monitoreo electrónico. El dispositivo permitió a los agentes del alguacil del condado de Cook rastrearla mientras se dirigía a O’Hare. Los agentes activaron una alarma en el dispositivo de Hartman cuando se acercaba a la Terminal 1, donde fue arrestada.
Delito grave
Los funcionarios del Departamento del Sheriff del condado de Cook dicen que los planes son buscar un cargo de fuga por delito grave para la anciana.
El arresto se produce dos semanas después de una audiencia en la corte en la que los abogados y fiscales de Hartman dijeron que llegaron a un acuerdo de culpabilidad en un caso pendiente que habría impuesto 18 meses de libertad condicional, más tratamiento de salud mental ordenado por la corte.
Los procedimientos formales de declaración de culpabilidad no habían comenzado, pero la jueza Peggy Chiampas notificó a los abogados que no estaba dispuesta a aceptar esa sentencia.
Hartman fue apresada en O’Hare en octubre de 2019 justo cuando intentaba pasar el segundo de los dos controles de seguridad, según los registros judiciales. Fue liberada de la cárcel del condado de Cook hace aproximadamente un año en un esfuerzo por liberar a los detenidos de bajo riesgo de contraer COVID-19.
El arresto de 2019 violó su sentencia de libertad condicional por pasar furtivamente por la seguridad de O’Hare en enero de 2018, abordar un avión y volar al aeropuerto de Heathrow en Londres sin un boleto.
Persistente en su delito
Según Hartman, su vida como polizón comenzó en 2002 cuando logró evadir los controles y embarcarse en un avión desde Chicago con rumbo a Copenhague. Su siguiente viaje, ese mismo año, fue a París.
Dentro de Estados Unidos, viajó a ciudades como Seattle, Phoenix, Filadelfia, Atlanta o Jacksonville. La mujer, que ha sido capturada muchas veces, fue descrita por un fiscal como “persistente, si no implacable”.
En 2009, fue detenida al intentar salir de Hawaii con la tarjeta de embarque de otra mujer. Sus años burlando la seguridad de los aeropuertos se terminó cuando en 2014 fue arrestada por viajar sin boleto desde San José, California, a Los Ángeles.
Sin embargo, nunca tomó escarmiento. En aquella ocasión un juez la dejó en libertad condicional pero al día siguiente estaba de regreso en el aeropuerto de Los Ángeles. La policía volvió atraparla y esa vez la justicia condenó a seis meses de prisión.
Hartman simplemente dice que le gusta andar por los aeropuertos porque la hacen sentir a salvo y siente la necesidad de subirse a un avión e irse.