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Es el tercero de los cuatro días del carnaval 2023, que orienta a la recuperación económica de estas localidades./Jaime Marín

Cantones azuayos lucen coloridos y llenos de visitantes por el feriado de Carnaval

Las farras son interminables entre comidas típicas y baños con agua, han permitido que Cuenca registre un 76 por ciento de ocupación hotelera.

Llenos totales de turistas, farra a full; baile, música y en medio de chapuzones, es como lucen los cantones azuayos de Gualaceo, Paute, Chordelég, Sígsig y Santa Isabel. Es el tercero de los cuatro días del carnaval 2023, que orienta a la recuperación económica de las jurisdicciones provinciales luego de un periodo de pausa que obligó el COVID.

 Los sentimientos de las personas también hacen que esta vez el gusto y disfrute sean con más ganas y deseos de expedir el goce reprimido, según decían. Los hacen con chapuzones en el agua del río Santa Bárbara, que recorre las riberas del cantón Gualaceo, a 36 kilómetros de Cuenca. Son miles de turistas tanto de la provincia como del país, que ahí están entre baño y baño, entre música y conciertos, gritando sin desmayo que ´viva la vida´.

Casi, casi como la letra de la canción “La vida es un carnaval”, es de su lado como aplican a la realidad quienes participan de la agenda preparada en Paute, a 40 kilómetros de la capital azuaya. Es a orillas del Río Paute, donde están congregados familias completas y que preparaban en las brazas las delicias gastronómicas propias y tradiciones de la temporada: cuy con papas, mote pata, chancho horneado y acompañado con tortillas de papa y mote pelado.

Chordelég y Sígsig; allá en los kilómetros 41 y 62 desde Cuenca, también se disfruta sin medida ni vergüenza, pues los gritos de alegría en cada uno de los eventos y bailes, son muy particulares y simplemente con el deseo de hallar la resiliencia como mecanismo de 'volver a nacer'.

A 78 kilómetros de Cuenca, está el cantón Santa Isabel, a donde la gran mayoría de cuencanos y azuayos han ido a pasar el feriado en sus quintas vacaciones, dejando a Cuenca casi, casi, desolada.

Sin embargo, el sector hotelero morlaco se siente satisfecho por la ocupación del 75 por ciento de sus capacidad, gracias a la presencia de turistas que han llegado para participar de los eventos carnavaleros programados en los cantones azuayos.