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Crónica
Calzones navideños, regalos para amigas muy secretas
Bahía y mercado Cuatro manzanas, sitios ideales para comprar ‘chones’ baratos. A estos sitios van varios clientes: los ‘Rodolfos’, que pagan por la prenda, pero otros las disfrutan. Los ‘joyeros’, quienes buscan pedrería para sus tesoros.
“Venga, lleve su regalo a su amigo secreto (a)…”. Con esa frase insinuante, Vanessa Loor busca atraer a sus clientes en la Bahía, el mall del pueblo de Guayaquil. Eso es parte de su marketing criollo navideño. Ella es muy jojojo jocosa.
Hace 22 años vende lencería femenina y masculina. Las reacciones de la gente ante su invitación para jugar al amigo secreto... son diversas.
Unos se ríen, otros se hacen los locos, pero sus caras los delatan. Algunas les ‘clavan las intensas’ a sus parejas, la sola idea de ser las ‘renas’, no les cuadra.
Cerca del local de Vanessa, ubicado en Ayacucho y Chile, está el del manabita Ángel Carreño, ahora vende jeans, pero dice que por siete años comercializó ‘chones’.
“Antes, de una pagaban, hace una década, ahora regatean duro. Cuando vendía interiores, mis clientes ‘pepas’ eran los gais. Les aumentaba el valor, los ‘coronaba’. Me compraban hilo, sostén, tanga. Pagaban y regresaban, no sé si les gustaban las prendas o yo”, ríe el vendedor.
Vanessa está feliz porque afirma que desde el 1 de diciembre ha vendido bastante.
“A los que les pagaron el décimo ya vinieron a comprar, pero otros se aguantan, ellos vendrán cuando les cancelen”, dice la comerciante, quien dice que tiene que estar ‘once’, pues algunos ‘amagan’ ser ‘mirandas’, pero solo desean robarse una prenda.
La ‘poderosa’
Dentro de la lencería que la vinceña exhibe en su local hay sostenes y ‘chones’ de colores navideños, como rojo, blanco, verde; también ofrece el amarillo, el cual asegura que es el más pedido. “La gente quiere plata, romper con la chirez”, manifiesta.
Pero Vanessa vende un calzón reforzado, en el que se fusionan los dos colores que supuestamente ayudan con el billete y el amor, y asimismo, tiene unos toques verdes.
Al mostrarle la prenda a Luis Vera, un cliente, para ver qué opina, este se sonríe. “Ta’ bonito, sí se lo obsequiaría a mi pareja. Parece papel de regalo, pero bacán, pues asimismo se lo quitaré al paquete”, suelta con picardía.
Chapulinas, Rodolfos y joyeros
La siguiente parada es el mercado Cuatro Manzanas, en dicho sitio está Inés Illapa, quien no da ‘yapa’, pero sí descuento. Tiene su puesto hace más de 15 años.
Sostiene que unas optan por vestirse completamente de amarillo o rojo (brasier e interior), pero hay quienes mezclan los tonos, no les importa lucir los colores del Chapulín Colorado, lo que quieren es que les llueva el amor y el billuso.
Más adelante está Leonor Cevallos. Ella asevera que hay mucha competencia, sobre todo en la calle, pero aun así no se queda de brazos cruzados y arma sus combos navideños, que pueden contener: un gorrito, sostén y calzón de randa y medias navideñas.
Al preguntarle sobre las prendas únicas que comercializan, su hija muestra una exclusiva para ‘joyeros’. Es un hilo con ‘ventilación’ y en la parte delantera tiene tres perlas. “Prenda digna del tesorito. Los rojos se nos acabaron, solo tenemos un azul. También se nos terminaron los hilos para hombres en cuya trompa viene la cara de Papá Noel”, cuenta Leonor.
Y no podían faltar los clientes Rodolfos, los que pagan los interiores, se gastan el décimo y otros las disfrutan.
Al ver las prendas, Juan Sánchez dice que con estas sí se pasará una noche de ‘pas, pas, pas’... “La cama no dejará de moverse. Es más, con estos interiores me animo a hacer intercambios, hasta de pareja”, se carcajea y considera que estos obsequios están buenos para el placer. (RAD)