Un ‘abanico’ de calles ‘mete miedo’ a los moradores del barrio Carlos Guevara Moreno en la parroquia Pascuales, al norte de Guayaquil.

Antes que se construya el Terminal Terrestre Municipal, la avenida Joya de Los Sachas, calle Montalvo y callejón 38G, eran pocos transitados y se podía cruzar a paso lento y sin temor.

Pero ahora el movimiento comercial y vehicular es mayor y eso preocupa a los moradores del sector ubicado atrás del Terminal, porque deben cruzar corriendo y mirando para todos lados por temor a que un carro, moto o tricimoto, los atropelle con consecuencias fatales.

La solución

Los moradores sostienen que la solución sería la colocación de un semáforo en el sitio donde de empatan las tres arterias viales, además de una señalética clara que evite alguna desgracia.

“Necesitamos un semáforo de manera urgente. Aquí ya han atropellado a varias personas”, dice el dirigente comunitario Lupercio Tutivén, mientras muestra una fotografía donde se observa a un joven tirado sobre la calzada y pidiendo ayuda.

“Se nos hace complicado cruzar la calle, a nuestra edad ya no podemos correr, especialmente en horas pico donde hay mayor tráfico. Necesitamos que las autoridades nos pongan un semáforo de manera urgente”, indica Sara Lozano, quien lleva 48 de sus 65 años viviendo en aquel sector de la parroquia Pascuales.

Faltan buses

El morador Fernando Lindao Mejía pide a las autoridades municipales y de Tránsito de Guayaquil que coloquen el semáforo y además asignen líneas de buses urbanos por la zona.

“Aquí sólo contamos con el servicio de tricimotos, no existe una línea de buses que nos lleve al centro de Pascuales de manera segura”, dice el hombre, quien pide que construyan el alcantarillado para enterrar de una vez por todas los pozos sépticos y hagan el barrido de bordillos y aceras de manera seguida porque existe basura por todos lados.

“Es hora que miren hacia Pascuales y pongan semáforos en nuestra ciudad, donde sólo existe uno en la avenida Montecristi, no hay más”, relata Javier Medina.

Faltan rejillas

Otro de los problemas es generado por los chamberos que merodean la zona. Se han robado las rejillas de los canales de aguas lluvias y los huecos son un peligro para niños y ancianos de la zona.

“Si alguien cae a estos huecos, se rompe una pierna. Necesitamos que nos ayuden colocando nuevas rejillas”, relata Lupercio Tutivén, pues al igual que sus vecinos, teme que las desgracias se apoderen del barrio.