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¿Dónde está su ‘sangre’?
Hombre anhela hallar a su madre y hermana. Hace tres años supo que su familia ante la ley no era la biológica
Hace tres años, Carlos Humberto Mendoza Huamán sintió que su vida se partía en dos. En la primera mitad él era feliz, tenía una familia y el calor de un hogar. La otra parte de su existencia se abatió con una verdad lastimera... se enteró de que sus padres en realidad no lo eran.
Aquella revelación no fue la única sorpresa de esa época. Vino acompañada de luto. El hombre que le dio el apellido y que ocupó la figura de progenitor desde siempre, falleció.
La salud del adulto mayor llegó a su límite después de batallar por cinco años contra un derrame cerebral. Ya para entonces su madre de crianza también había muerto. Mientras agonizaba, el anciano le confesó a Carlos lo que quizá debió saber mucho antes. “Tú no eres mi hijo propio”. Esa fue la frase que remeció todo lo que Carlos creía saber de sí mismo.
¿Cómo alguien puede reponerse de una noticia como esa? Carlos aún no halla una respuesta para esa pregunta.
“El día que mi papá falleció recibí dos golpes; su muerte y una tremenda verdad”, exclama hoy, a sus 40 años de edad.
Encontrar una fórmula para sanar el dolor que lleva por dentro pasó a segundo plano para él. Por ahora su prioridad es otra: localizar a su verdadera madre y reconstruir poco a poco su historia real.
Su papá de crianza, antes de morir, le dio una pista de quién podría ayudarlo con esa tarea. El señor le dijo que su madrina de bautizo, Elba Guamán Cabrera, también sabía los detalles de su destino.
Entonces, él fue a hablar con la mujer, de 74 años. Ella enseguida le contó cómo fueron las cosas. Resulta que la mamá de sangre de Carlos trabajó para Elba como empleada doméstica. Cocinaba y lavaba la ropa.
La señora se identificó como Margarita y llegó a la casa de Elba suplicando que le diera la oportunidad de laborar en cualquier cosa, pues necesitaba dinero para darle de comer a su hija, de unos seis años.
Elba la acogió en su domicilio. Fueron pasando los meses y pronto empezó a notarse que Margarita estaba embarazada de su segundo hijo (Carlos). Al dar a luz le pidió a su patrona que se quedara con el niño, pues le era imposible hacerse cargo de él. Tampoco dio alguna información del padre biológico de la criatura.
Menos de una semana luego del parto, la madre se marchó y no apareció nunca más. Elba recuerda que Margarita tenía más o menos unos 40 años. Por eso calcula que actualmente debe tener unos 80 años.
A pesar de su desdicha, el recién nacido tuvo una oportunidad para ser feliz. El primo del esposo de Elba y su mujer lo inscribieron como propio y le dieron una infancia modesta, pero sin necesidades extremas.
Carlos heredó de él no solo el apellido, sino el oficio de zapatero. Ocupación con la que subsiste actualmente y costea sus estudios universitarios en la carrera de Derecho.
Ahora avanza firmemente en su objetivo para ser abogado, pero siente un vacío que le falta por llenar. Solo reencontrándose con su madre biológica y su hermana podrá ocupar ese espacio, recalca.
Si usted tiene alguna información que a él le permita conocer a sus allegadas, comuníquese a los números 098-314-6046 y 096-139-3045.