Ivett Granda estaba indignada. “¡Cómo es posible que el pueblo deba sufrir mientras los millonarios se inyectan tranquilamente”, soltó la mujer, afuera del Hospital del IESS Sur, en Quito, mientras esperaba –ya 12 horas– conocer algo de la salud de su suegra contagiada de COVID-19.

El Plan de Vacunación, o lo que sea, ha caído en picada. Primero los inmunizados VIP. Luego el colapso del sistema para inscribir a los abuelitos. Y ahora, quizás lo más complicado, es que dicho plan estuvo solo en la mente del exministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, según el presidente Lenín Moreno.

Granda, como ecuatoriana y familiar de una persona de la tercera edad infectada, rechazó las acciones del Gobierno y del Ministerio de Salud. Afirmó que si hubiera existido una planificación adecuada de distribución de dosis del medicamento de Pfizer –como se lo anunciaba desde el Estado–, su suegra, de 84 años, no estaría padeciendo.

No era la única. Otras personas que aguardaban para conocer detalles de sus seres queridos infectados con coronavirus estaban molestas por la afirmación de Moreno.

Al esposo de Leidy Cedeño lo internaron con el virus la tarde del martes, en el IESS Sur. Ella dijo molesta: “Creo que las autoridades se están burlando de nosotros”. Aquel sentimiento de ira e indignación se ha regado en el país. En redes sociales también hubo gente que reprochó el plan ‘fallido’.

“Injustificable”

Según Víctor Álvarez, presidente del Colegio Médico de Pichincha, “ya habíamos anticipado, en enero, que era un proceso no transparente, no se había socializado el cronograma ni las características del mismo”.

Añadió que es “injustificable que Moreno no tuviera conocimiento de si existía o no un plan de salud... y por eso se pone en tela de duda que la autoridad sanitaria hubiera tenido una actuación adecuada”.

Frente a todo este revuelo, Mauro Falconí, actual ministro de Salud, aseguró que en 72 horas debió elaborar un plan de vacunación. Más tarde envió un memorándum a nueve coordinadores zonales de salud y directores y gerentes de hospitales del país para que presentaran sus renuncias.

Álvarez espera que el ministro Falconí socialice el nuevo plan. “Que no sea otra vez un secreto... Hay que ver si el proceso sigue con la planificación de fases, entonces ahí no se perdería el tiempo. Si regresamos a cero lo que se ha hecho no tendría razón”, manifestó.

Impotencia

“El señor presidente fue escogido por el pueblo para servir no para ser servido. Estoy molesto porque tengo 69 años y solo Dios sabrá cuándo me inmunizarán”, señaló desde Guayaquil, Manrique Cuenca Cueva, un jubilado que espera ser vacunado, ya que los nombres de los aportantes están registrados automáticamente.

Emilio Rodríguez, de 50 años, prefiere no inmutarse. Pero asegura que Moreno, el presidente, tiene “doble discurso”. Quien sí estaba muy enfadada era Diana Mosquera, de 44 años: “Vivimos en un país en el que al Gobierno le importa un rábano la salud del país. Claro que sí hicieron un plan, pero para ellos y sus amiguis”, lamentó la mujer.

De “vergüenza ajena” catalogó el exministro de Salud, Francisco Andino, el proceder del Gobierno en el tema de la pandemia. Respecto al plan de vacunación señaló que les ha dado recomendaciones, pero estas no se han hecho porque no hay liderazgo.

“En vista de que es un caos y no hay acciones del Estado, como miembro del Foro Permanente de la Salud, con apoyo de la empresa privada, se ha creado Salud PlusTV, canal digital que educará a la gente en temas sanitarios. Hay que generar acciones”, sostiene.

Añadió que se rompieron los principios dictados por la Organización Mundial de la Salud, que son los mismos de la salud pública: equidad, solidaridad, universalidad y comparecencia de los grupos de riesgo.

“El capitán del barco debe poner el ejemplo, si hubiera sido Ministro de Salud habría sido el último en inocularme. Esto irrumpe en la ética, moral y ha salpicado a la noble profesión de la salud, la cual debemos recuperar con mandiles blancos y transparentes”, comentó Andino.

En 14 años se ha desmejorado la salud pública, manifestó.

El expresidente de la República y médico, Alfredo Palacio, afirmó a EXTRA que esta situación afecta seriamente a los ecuatorianos. Dijo que todo merece tener una planificación, sobre todo en salud.

Se debía haber contado a los más vulnerables, tener un registro. No pasó. Y eso, según el exmandatario, es porque “no tenemos un sistema nacional de salud adecuado desde hace mucho tiempo. En este momento ya un parche, un esparadrapo, no puede curar una herida de corazón como esa”.

Palacio comentó que propuso cambiarlo, hace diez años, al aseguramiento universal de salud, algo muy extenso, pero que esencialmente empieza con una base larga, una especie de pirámide, y la base es la atención primaria.

Sobre la actuación de Moreno, el expresidente dijo: “El presidente tiene la obligación de estar enterado de todo. Su trabajo es eso, entrevistar, casi ser un inquisidor de sus ministros, tienen que informarle absolutamente todo y él saber todo, porque tiene que coordinar lo que un ministerio hace con otro”, concluyó.

Mientras, la gente continúa con la esperanza de que en algún momento el pinchazo le llegará.

A pesar de que el proceso de vacunación ha sido ‘accidentado’, en Quito, Guayaquil, El Coca y otras ciudades ya se están inoculando a algunos beneficiarios. Si una persona accede a esto, no se sorprenda porque puede tener algunos síntomas.

Según Alberto Narváez, especialista en protocolos de control de enfermedades, en su mayoría, son leves y no representan riesgo. Van desde un malestar general en el cuerpo, dolores musculares, fiebre e incluso dificultad para respirar. Esto no varía demasiado en gente de la tercera edad y menores de 65 años. “Sucede porque la vacuna simula la enfermedad en el organismo de quien la recibe”, indicó el especialista médico.

Aunque explicó que se debería tener en cuenta las enfermedades preexistentes antes de inyectarse. Según Narváez, alguien que padezca una alergia sumamente grave debería comunicarlo a un galeno para evitar desgracias.

–¿Qué pasa con los pacientes que tuvieron coronavirus?

Narváez dijo que alguien que se recuperó de este mal podría acceder a la dosis luego de 30 a 90 días.

El epidemiólogo David Larreátegui acotó que en estos pacientes se podría inyectar ambas dosis porque no representa mayor riesgo.

Sin embargo, sería preferible que se lo haga por una ocasión porque, al haber padecido de la enfermedad, el organismo genera anticuerpos como si hubiera recibido la vacuna.