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'Brujos' fusilados en Lago Agrio
La Policía informó que la mayoría de las víctimas estaban relacionadas con el expendio y consumo de drogas. Tenían antecedentes penales.
Seis muertos y tres heridos dejó una ‘cacería de brujos’ en Lago Agrio, provincia de Sucumbíos, la noche del martes. Los criminales no tenían en la mira a los personajes de cuentos infantiles. Buscaron a los microtraficantes de cinco barrios y los acribillaron con metralleta y pistola.
Según el informe de la Unidad de Muertes Violentas de la Policía (Dinased), los hechos se registraron entre las 20:30 y 21:30.
La matanza se inició en el barrio Nuevo Paraíso, en el oriente de la ciudad. Jaime Preciado (de 23 años) y Kelvin Ruiz fueron asesinados a tiros mientras caminaban por la zona. Agentes de Criminalística levantaron casquillos de metralleta.
A 10 minutos de ahí, en el sector de El Cisne, vía al Parque Perla, varios moradores del sector intentaban auxiliar a un menor de edad que resultó herido luego de una ráfaga de tiros que recibieron él y uno de sus amigos, Edwin Robles, quien murió en el acto y su cuerpo quedó tendido bocabajo cerca del adolescente.
En redes sociales circuló un video en el que se observa cómo los testigos intentan hacerle un torniquete en el brazo derecho al chico para que no muriera desangrado. El sobreviviente fue llevado a un centro de salud, donde se recupera de sus heridas.
La Policía indicó que en este hecho los asesinos también habían utilizado un fusil para victimar a los jóvenes. No tenían historial delictivo. Pero los uniformados dijeron que se dedicaban a la venta de estupefacientes.
Más sangre
A las 21:00, los agentes recibieron la alerta de que hubo una balacera en Nuevo Sucumbíos, cerca del chongo La Pantera. Cuando los uniformados llegaron al sitio, vieron a un hombre sin vida en la carretera.
Tenía varios orificios de bala en su cuerpo. Moradores del sector se acercaron a los investigadores para indicarles que dos personas heridas fueron trasladadas hasta el hospital Marco Vinicio Iza, donde fueron estabilizadas. Los galenos indicaron que los afectados se encuentran bien y ningún balazo afectó sus órganos vitales.
Los agentes hablaron con uno de los sobrevivientes, quien les contó que caminaba a la casa de su hermano por la vía Colombia cuando “pude ver que dos sujetos llegaron desde el centro, en una moto tipo Pasola”. Según su relato, uno de los sujetos le disparó a un hombre que estaba afuera del chongo y luego huyeron.
Él también corrió cuando escuchó los tiros, pero fue alcanzado por uno. Pidió auxilio y un señor lo llevó en su vehículo hasta una casa de salud.
Luego de las primeras indagaciones, las autoridades policiales confirmaron que el fallecido se llamaba Silver Marín, de 25 años, quien habría empezado en el mundo del microtráfico a expender droga por su sector.
Los agentes también indicaron que en este hecho violento los atacantes habían empleado una pistola, porque encontraron 17 indicios balísticos regados por toda la escena y una motocicleta con placas colombianas.
Asesinado frente a su esposa
A esa misma hora, pero en el barrio Amazonas, en el sur de la urbe, unos sujetos asesinaron con una ráfaga de tiros a un hombre y esto alertó a los moradores. Cuando los agentes arribaron a la escena del crimen, se percataron de que Rubén Cevallos, de 38 años, estaba muerto en la vía, con varios tiros en su cuerpo.
Los uniformados hablaron con la esposa de la víctima, quien estuvo con él minutos antes del asesinato y lo vio todo.
Ella les relató que mientras su pareja estaba consumiendo estupefacientes lo asesinaron.
Mencionó que se sentó por un momento para amarrarse los cordones de sus zapatos y vio que dos sujetos en una motocicleta frenaron frente a ellos. “Uno de los tipos señaló a mi esposo, mientras que el otro le disparó con una metralleta”.
La testigo añadió que Cevallos intentó huir, pero sus verdugos lo siguieron hasta ‘terminar el trabajo’. Luego huyeron. Según la Función Judicial, el fallecido registraba más de 10 antecedentes penales por robo, hurto y otros delitos.
Finalmente, en el barrio Nueva Esperanza, un adolescente de 17 años también fue acribillado con un fusil por personas desconocidas. El menor no tenía historial delictivo.
La Policía señaló que todas las víctimas estaban relacionadas con el expendio de droga a mínima escala. Los lugares de los asesinatos eran reconocidos por la unidad de Antinarcóticos como focos de consumo de estupefacientes.
Los agentes revisan cámaras de seguridad y hablan con familiares de las víctimas y con testigos para dar con el paradero de los responsables, de quienes no se sabe nada. Además, tratan de atar cabos para determinar si los victimarios pertenecerían a una misma banda organizada que mantenía pugnas con otra.