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Militares salieron a las calles para colaborar con los controles.Foto: DV

Big Money: ¡Les pagaron, pero pura bala!

La Policía informó que un grupo delictivo fue a buscar a 'Don Naza' para cobrar su billete, pero la respuesta fue negativa y eso detonó el 'pito'.

La morgue del cantón Quevedo, en Los Ríos, colapsó tras el asesinato de cinco personas, la noche del lunes 5 de julio, en un tiroteo suscitado en la parroquia Venus del Río Quevedo, en el noroeste de la localidad y a menos de un kilómetro de la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC).

En el centro forense se evidenció dolor y tristeza entre los familiares de Felipe Xavier Almache Silva, Jorge Luis Alarcón Cabezas, Israel David Macías Arriciaga y dos adolescentes, de 16 y 17 años.

Rocío Rodríguez, suegra de Israel Macías, quien tenía 36 años, relató que la tarde del martes su yerno regresaba del trabajo, junto a su hija, en una motocicleta, y pasaron por el sitio donde se originó el percance.

Ellos no sabían lo que acontecería y el lugar era un paso obligatorio para dirigirse a su domicilio, porque su casa está a unas cinco cuadras de la escena del crimen.

La Policía y las Fuerzas Armadas montaron operativos de control de armas en las entradas de la ciudad.

La esposa de Macías, Estrella Ordóñez, se lanzó de la motocicleta para evitar que las balas la alcancen y fue así que, a pesar de los golpes, logró salvar su vida. Quien no tuvo oportunidad de evitar la muerte fue su esposo, quien fue alcanzado por los ‘pepazos’ y murió después de pocas horas en el hospital local.

Marlon Ordóñez, cuñado del fallecido, refirió que la víctima era ingeniero agrónomo y que su único delito fue haber cruzado por la zona.

Otros allegados añadieron que también se dedicaba al comercio y aseguraron que no tenía ningún tipo de relación con las personas involucradas en el hecho violento.

Hay miedo

En la parroquia Venus los lugareños no quieren pronunciarse al respecto, pues sostienen que el temor es latente y no quieren terminar muertos por represalias.

También porque en el sector se han asentado agrupaciones delictivas relacionadas con la presunta captación ilegal de dinero que ejecuta la supuesta empresa Big Money, cuyo líder es Miguel Ángel Nazareno Castillo, popularmente llamado don Naza.

Estas bandas controlan quién entra y sale del sector o si alguien buscaría filtrar información de cómo operan, pues cuentan con armamento para atacar al que se ponga en su contra, como habría pasado en el último atentado.

La presunta captación

Nazareno, o don Naza, ofrece a través de redes sociales el pago de intereses del 90 % en depósitos que no sean menores a 300 dólares. La promesa es entregar el dinero en 8 días, algo que en las primeras semanas se cumplió, pero ahora, a través de sus publicaciones, se generan reclamos por la falta de los pagos.

Familiares de las víctimas acudieron a la morgue local.Foto: DV

Se encontró con la balacera

Otra persona que terminó en una situación similar a la de Israel Macías fue un adolescente, de 17 años, quien también pasaba por el sitio del suceso cuando empezó el tiroteo.

Sus allegados indicaron que el menor de edad caminaba por la calle desde la que atacaban los miembros de una organización delictiva, presuntamente liderada por el Negro Preciado.

El chico habría intentado escapar, pero en una ráfaga de tiros fue alcanzado por los proyectiles. En consecuencia, habría intentado alejarse en su motocicleta, pero por la gravedad de las heridas perdió el control, cayó y quedó tendido en la calzada.

Su hermana mencionó tener un sabor amargo por todos los sueños que tenía su hermano por salir adelante. La pariente recordaba que quería seguir los pasos de su padre y anhelaba ser policía y servir a la patria, pero la muerte le truncó su camino.

“Mi hermano quería ponerse un comedor con la esposa, era una buena persona. Él no tenía nada que ver con lo de Nazareno”, relató su ñaña.

“No tienen perdón...”

La pariente lamentó que no sabe qué pasa con la humanidad, que luego de la pandemia las personas “se han vuelto más malas, ya que esto que han hecho no tiene perdón de Dios. Han acabado con personas inocentes”.

En el centro forense hubo un hermetismo total de parte de los familiares de las otras víctimas. Solo se limitaban a decir que no sabían “absolutamente nada”.

Lío por Big Money

En Quevedo la balacera ha puesto al descubierto las organizaciones delictivas que operan detrás de la supuesta empresa que se dedica a la presunta captación ilegal de dinero.

El general Ramiro Ortega, líder de la Dirección General de Investigaciones (DGIN), informó que el caso se dio luego de que la gente liderada por la banda del Negro Preciado fuera a cobrar su dinero a la casa de Miguel Ángel Nazareno.

No obstante, no habrían obtenido respuesta favorable, pues al final no les pagaron. Luego de eso salieron del lugar, que es cercano al destacamento del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), y realizaron varios disparos.

Personal con armamento de grueso calibre salió a las calles para calmar la situación.

Después de eso no pasó mucho tiempo para que la gente de Nazareno saliera a buscar a la gente de Preciado que estaba reunida en una casa del mismo sector. Fue así que empezó la balacera.

En el percance, además de los fallecidos, hubo otras personas que resultaron heridas, pero su situación es desconocida, porque tampoco se habían dado, hasta el mediodía de ayer, reportes oficiales que precisen esa situación.

Vehículos

Entre los indicios con los que cuenta la Policía están dos vehículos reportados como robados, que habían sido abandonados en el lugar de los hechos. Según Ortega, estos automotores habrían sido utilizados en las marchas de respaldo que se realizaron en favor de Nazareno, líder de Big Money.

Tensión en el hospital de la localidad

La noche se tornó ajetreada debido a la cantidad de heridos que fueron trasladados hasta el hospital de la localidad.

En el sitio, quienes corrieron el mayor riesgo fueron los médicos, pues algunos de los perjudicados eran miembros de las bandas delictivas que se acababan de enfrentar.

Es por eso que en el lugar se vivieron momentos de tensión, pues hubo parientes de los lesionados que habrían amenazado con armas de fuego a los galenos.

Los allegados exigían a los especialistas que les salven la vida a como dé lugar y de un momento a otro se escucharon detonaciones que pusieron a correr a los servidores de la salud.

La policía, tras el percance, sostuvo que el sonido no provino de armas, sino de unas motocicletas.

Como consecuencia, el nerviosismo invadió a los pacientes también, quienes no sabían cómo reaccionar.

Para calmar la situación al sitio llegaron policías y militares para controlar la situación. A todos los que salían los requisaban y no permitieron el ingreso a nadie. (DV)