Ángela Montúfar quiere besar a sus nietos nuevamente, pero el coronavirus no le permite hacerlo. Desde que sus tres hijos se contagiaron con la enfermedad y ella empezó a presentar síntomas, los niños hablan con la mujer solo por vídeollamada o a través de una ventana.

Por eso Montúfar, de 51 años, caminó hasta la casa comunal de la Victoria Alta, en el sur de Quito, porque un vecino le comentó que ahí estarían las brigadas comunitarias.

Son 12 grupos, cada uno conformado por un médico, un enfermero y en algunos casos un laboratorista. Ellos son los ‘salvavidas’ de la pandemia. Desde el pasado lunes tienen como misión contener al virus en las zonas capitalinas consideradas como ‘calientes’ e impedir que continúe propagándose por la ciudad.

Además, esta medida impulsada por el Municipio pretende descongestionar el sistema de salud, que está colapsado.

Por las zonas siniestras

Las brigadas se dividieron en dos grupos de seis y recorren los barrios de las parroquias Chillogallo y Guamaní, las dos zonas que registran más contagios en el sur de la ciudad. Según el COE Provincial, entre ambas existen 2.302 infectados con COVID-19, lo que representa el 16,5 % del total de casos registrados en Quito (13.949).

La Victoria Alta pertenece a Guamaní y en este sector se han registrado seis muertos por coronavirus en las últimas tres semanas, según Gonzalo Yaguano, presidente del barrio. “El fin de semana pasado murieron dos personas y eso nos preocupó”, comentó.

Yaguano envió mensajes de texto a grupos de WhatsApp de dirigentes barriales para que lo ayudaran a detectar a las personas que tuvieron la enfermedad y a sus familiares, o al círculo cercano de algún fallecido por esta pandemia. “La situación se nos salió de las manos y tuvimos que juntar esfuerzos”. Luego se contactó con la Administración Zonal de Quitumbe y desplegaron un ‘batallón de salud’.

Héroes en primera línea

Kerly Villafuerte es la enfermera que recibe a los pacientes. Ella les toma el pulso y les hace algunas preguntas para llenar una ficha. Luego, al ciudadano lo atiende un médico, quien determina si necesita aislamiento, tomar medicamentos, realizarse la prueba rápida o ser transferido a un centro hospitalario de más complejidad.

Villafuerte contó que todos los pacientes llegan con problemas respiratorios o porque tuvieron contacto con alguna persona que superó la enfermedad. “Gran parte de ellos han perdido el gusto y no pueden oler”.

Ángela Montúfar es una de las personas que tenían este síntoma. Ella deberá cumplir una etapa de aislamiento y tomar medicamentos hasta que disminuyan los malestares, como el dolor de pecho y pulmones. “Haré lo posible para volver a jugar con mis nietos”, expresó.

Santiago Morales, responsable de la unidad de salud de la Administración Zonal de Quitumbe, dijo que durante los próximos días visitarán casa por casa a los ciudadanos que tienen enfermedades catastróficas o alguna discapacidad y no pueden salir de sus hogares por sus propios medios.

Las brigadas comunitarias recorrerán los barrios más conflictivos del sur quiteño en las próximas semanas y luego se trasladarán a las parroquias con más contagios en el norte de la urbe, como Calderón o Belisario Quevedo. Según Martha Gordón, directora de este proyecto, el objetivo es incrementar el número de brigadas a 50. “Esta estrategia duraría hasta diciembre”, indicó.