Las ‘quiñizas’ entre vendedores informales,  nacionales y extranjeros, por un espacio de vereda en la Bahía, es “el pan de todos los días”. Al menos así lo consideran propietarios de negocios del lugar, para quienes la pelea que protagonizaron la tarde del miércoles 2 de diciembre, grupos de ecuatorianos y venezolanos en las calles Febres Cordero y Chile, "es una más de tantas". Eso, pese a que el saldo que dejó fue dos detenidos y dos heridos.

Y ayer (jueves 3) el ‘relajo’ seguía. A la pelea por los puestos que habría generado la trifulca entre los comerciantes que se viralizó, se sumó la protesta de decenas de vendedores, ante un megaoperativo con la presencia de 400 uniformados: 300 metropolitanos, 50 elementos de la Policía Nacional y 50 agentes de tránsito.

Durante la intervención fueron clausuradas 82 bodegas por no contar con los permisos municipales ni del Cuerpo de Bomberos.

Peleas, pillos y drogas

Sobre el control establecido, Dagoberto Lobo, quien desde hace dos décadas atiende en su local de ropa, tiene dudas. “Hay que ver cuánto tiempo dura el orden y retorna el relajo”, manifestó.

Además de la disputa por los espacios para las ventas callejeras, otro comerciante legalizado señaló que entre los problemas que padecen en zona céntrica son la delincuencia y drogadicción.

Richard Vaca, jefe del Distrito de Policía 9 de Octubre, calificó de alarmante los enfrentamientos registrados especialmente en las últimas semanas. Sobre el último caso informó que los dos detenidos son de nacionalidad venezolana, quienes están acusados de tentativa de asesinato. Añadió que los dos heridos son ecuatorianos, quienes están estables y deben descansar 7 y 8 días, respectivamente.

En la Bahía de la calle Villamil es común observar a extranjeros laborando especialmente como ‘enganchadores’ o comerciantes callejeros. Los roces tampoco han pasado por alto.

Más intervenciones

“No hay que generalizar. Parte de las confrontaciones se producen debido a la necesidad de trabajar, porque hay familias de por medio”, expresó un ‘chamo’ que se identificó como Yoendry, mientras comercializaba ropa interior.

En espera de evitar las peleas y las aglomeraciones (una causa de contagio de COVID-19), la mañana y tarde de ayer se desplegó un amplio operativo, en el que se clausuraron las 82 bodegas. “Además de funcionar de manera ilegal, los establecimientos corren el riesgo de sufrir un incendio”, expresó Xavier Narváez, director municipal de Justicia y Vigilancia.

Reveló que al menos un centenar de bodegas no podrán operar, ya que se ha detectado que esos establecimientos abastecían a comerciantes informales que se agrupan en las aceras del sector.

El funcionario indicó que los operativos continuarán durante diciembre.