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Llegan a las zonas afectadas de Chone para brindar ayuda humanitaria
Policía y fundaciones entregan víveres mientras que brigadas de médicos atienden a los afectados. Hasta los perritos recibieron comida.
“Fuerzas Chone, sin su yuca nuestro encebollado no es el mismo”. Esa es una de las frases que se ha usado para motivar a los chonenses y despertar el espíritu solidario, luego de que la ciudad fuera azotada por intensas lluvias por días.
La idea nació desde el Cabildo de Manta, donde se ha armado una gran cruzada solidaria.
La ayuda, que va desde víveres hasta brigadas médicas, se ha extendido hasta la zona rural, lugares donde la fuerza de las aguas se fue llevando vidas, sembríos y hasta la esperanza.
Las muestras solidarias también se han dado a través de los cascos azules de la Policía Nacional, el grupo Safari Leader Camp de Quito y ciudadanía en general, que han aportado para que la ayuda llegue a la mayoría de rincones.
El coronel Édison Carrera, quien comanda la cruzada solidaria junto a personal municipal, dijo que llegar a los rincones más inhóspitos ha significado, para los afectados, como una luz de esperanza.
“No son grandezas, pero lo que se ha podido recaudar y entregar ha sido con todo el corazón para los hermanos chonenses”, exclamó mientras se realizaba una entrega en el sector Las Pampas.
Los animales también han sido afectados por los días complicados del temporal invernal. Diego Javier Chiluiza, de los cascos azules, se encontró a una pequeña mascota. La misma mostraba mucha hambre. Los pedazos de un pan y bizcocho alegraron al perrito que movía la colita en señal de agradecimiento. La imagen fue conmovedora.
Testimonios
“El agua llegó hasta el pecho. Lo que queríamos era cuidar a nuestros niños. Fue tan duro, veíamos la muerte muy cerca, el invierno nos ha golpeado fuerte”, lamentaba Diana Zambrano, en su relato, a quienes llevaron ayuda hasta el sector Las Pampas.
Las viviendas, en su mayoría copadas por el agua, se llenaron de lodo y varios enseres se perdieron.
Bienvenido Cornejo y Sara Fletcher, una pareja de ancianos, dijeron que en la zona de El Bejuco la vieron complicada. Se les complicó salir a las casas de salud, se convirtió en una odisea. “Que nos traigan medicamentos y nos visiten es alentador. Le agradecemos por llegar a nuestras casas”, dijo doña Sara emocionada.