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Con el retorno a la presencial, según la viceministra de Educación, se van a detectar más casos.CARLOS KLINGER

¡Las aulas del terror!

Los docentes y estudiantes son los principales agresores, según el Ministerio de Educación. Desde 2018, han sido separados 194 funcionarios por infracciones de connotación sexual.

Andrea (nombre protegido) vivió una pesadilla cuando su hija, de 9 años, le contó que un compañero de 12 años la amenazó con violarla. Esto ocurrió en los baños de un colegio capitalino, en el norte de la ciudad. La madre denunció el caso el pasado 25 de agosto, en redes sociales.

Según Andrea, los responsables del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE), que fueron separados, le habrían dicho a la pequeña que el niño tenía curiosidad por ver qué tenía ella debajo del pantalón y que la situación era “normal”.

A inicios de agosto, se registró otro caso en Guayaquil. Un niño de 8 años fue violado en el baño de una escuela fiscal, de Mapasingue, oeste de Guayaquil. Álvaro (nombre protegido), su tío, comentó a EXTRA que su sobrino sigue afectado. “No quiere hablar con nadie, todo lo que le dicen le molesta. No quiere que lo toquen para darle cariño”, se lamenta.

Desde enero de 2014 hasta julio de 2022, el Ministerio de Educación reporta 4.209 casos de agresiones sexuales al interior de las instituciones educativas en el país, dejando 4.879 víctimas.

Pichincha, Guayas y Manabí son las provincias con mayores reportes. Los infractores, en su mayoría, son docentes (2.296) y estudiantes (1.645), ver infografía.

De acuerdo con el Ministerio de Educación, las niñas de 12 a 15 años (5.764) y los niños entre 6 y 8 años (541) son los más vulnerables a la violencia sexual. Estas cifras corresponden a casos ocurridos en las aulas y fuera de ellas, pero detectadas por el sistema educativo.

La viceministra de Educación (e), Diana Castellanos, dijo que con el inicio de clases en el régimen Sierra y Amazonía y “con un retorno al 100 % de la presencialidad desde el primer día del año lectivo, vamos a detectar más casos y esto quiere decir que, efectivamente, el sistema educativo nacional está cumpliendo su función de protección que es brindarles a los niños, niñas y adolescentes un espacio de confianza en donde pueden mencionar que se sienten vulnerados”.

Eso sí, la funcionaria aclaró que del total de casos de agresiones sexuales ocurridos y detectados por el sistema educativo, entre 2014 y 2022, el 72,9 % ocurren fuera de las aulas versus el 27,1 % que suceden dentro de las instituciones.

Un antes y un después

Evelyn Yucailla es la presidenta nacional del Consejo Consultivo para Jóvenes. A su criterio, existe un desconocimiento de los protocolos de denuncia por parte de los estudiantes. “Muchos ignoran que exponer su caso ante los psicólogos de las instituciones es suficiente para que ellos denuncien el caso ante la Fiscalía”.

La joven es sobreviviente de violencia sexual. A los 15 años conoció a su profesor de Historia. “No fue una relación forzada, pero sí manipulada”, dice Evelyn, quien narra que su agresor la volvió dependiente emocionalmente de él y la obligó a tener relaciones sexuales.

“Me trataba mal delante de mis compañeros y me insultaba. Yo le tenía miedo porque era muy violento”, rememora Evelyn, también activista en el colectivo Valientes, que ayuda a niños, niñas y jóvenes que han sufrido agresiones sexuales en las escuelas y colegios.

Para la psicóloga del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), Estefanía Paz, las secuelas de una agresión sexual causan bajo rendimiento académico, deserción escolar, problemas de aprendizaje e incluso bullying.

Si los agresores son niños o adolescentes, recomienda indagar más sobre su pasado porque ellos también podrían estar siendo víctimas de violencia y abuso sexual.

27,1 % de casos ocurrieron dentro de las instituciones.