Contrario a lo que se podría pensar, no existe una normativa que de vía libre a los agentes de la ATM (Agencia de Tránsito y Movilidad de Guayaquil) a intercambiar golpe por golpe cuando son agredidos. Así lo explica el abogado penalista Steven Reyes, quien señala que el uso legítimo de la fuerza está limitado a la Policía y las Fuerzas Armadas.

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Sin embargo, en videos recientes que se han viralizado, se observa a vigilantes de la ATM infringiendo esta restricción.

Uno de los casos recientes más notorios mostraba a un agente sacando a un hombre de su vehículo y sometiéndolo con fuerza por el cuello -con una especie de llave 'mataleón'- mientras lo asfixiaba para intentar llevarlo a un patrullero de esa entidad.

Aunque el artículo 526 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) permite que cualquier ciudadano aprehenda a una persona sorprendida en delito flagrante, Reyes subraya que en este caso el uso de la fuerza fue excesivo y desproporcionado.

“El procedimiento correcto es llamar a la Policía, yo no sé por qué motivo los ATM responden un ataque con otro ataque. Eso evidencia falta de formación por parte de la ATM”, expresa Reyes.

Al final del día, cualquier agente puede sentirse ofendido ante un insulto de un ciudadano, pero el jurista explica que “hay un factor que la escuela de la ATM debería enfatizar: la inteligencia emocional. Deberían saber cómo responder ante un agravio”.

La situación parece estar desbalanceada. Mientras que el Art. 283 del COIP impone penas de seis meses a dos años de prisión para quienes agreden o amenacen a empleados públicos, no se especifica una sanción clara cuando un uniformado lesiona a un ciudadano.

El abogado César Terán señala que el Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana y Orden Público contempla sanciones para faltas leves, graves y muy graves cometidas por agentes de tránsito, pero la efectividad de estas sanciones depende de su aplicación, pues “en algunos casos se han identificado deficiencias en la rendición de cuentas”, aclara.

A nivel penal, los ciudadanos que consideren haber sido víctimas de uso excesivo de la fuerza por agentes de la ATM pueden denunciarlos ante la Fiscalía, para que sean procesados como ciudadanos y no como funcionarios. De no hacerlo, las sanciones se limitan a medidas administrativas, como la suspensión temporal por unos cuantos días.

"La Defensoría del Pueblo juega un papel clave en la supervisión de estas actuaciones, y los ciudadanos pueden presentar denuncias ante esta entidad o la Fiscalía si consideran que han sido víctimas de abuso de autoridad o violaciones de sus derechos", asegura Terán.  

Alexander Montalvo, conductor en Guayaquil, comenta que tras ver varios videos virales de agentes de tránsito con un proceder cuestionable, siente desconfianza hacia ellos. “Cuando veo un operativo, me genera incertidumbre saber si el agente que me detendrá será justo o abusivo. Se supone que deberían generar tranquilidad, respeto, pero a veces siento hasta miedo”, comenta.

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Por su parte, Cristopher Vera, quien es conductor profesional desde hace 5 años, asegura que “sí, me siento mal, porque si la balanza se está inclinando a favor de la ATM, uno prefiere no salir a las calles. Por ejemplo, con el tema de los radares, ellos siempre tienen la de ganar (...) siempre tendrán la mitad más uno de la verdad. Es por eso que algunas personas prefieren andar en bicicleta o a pie”, opina.

Dustin Carpio, otro conductor, afirma que en Guayaquil, “las personas siempre tratan de ser sabidas y no respetar las leyes de tránsito. Tampoco digo que no haya agentes de la ATM que quieran abusar de su poder, pero el respeto debe ser mutuo y la violencia, incluso verbal, no es la solución”, opina.

EXTRA contactó tres veces al departamento de comunicación de la ATM para obtener información sobre el protocolo en casos de agresión por parte de sus agentes y la atención a los ciudadanos afectados, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. 

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