Conmoción y miedo han generado en la población las últimas muertes violentas ocurridas en Atacames, en Esmeraldas. En la zona se han registrado 15 asesinatos desde el 1 de enero hasta el 13 de mayo de este año, según datos de la Policía Nacional.

La cifra convierte a este turístico cantón en el tercero más violento de la provincia, después de Esmeraldas y Quinindé. Y esto ha hecho que el miedo se extienda en la gente.

Irene Vivar, esmeraldeña de nacimiento que vive hace más de 30 años en este balneario, suspendió hace dos meses las caminatas nocturnas por la playa por temor a ser asaltada. Dice que prefiere quedarse en casa y no exponer su vida. “En esta guerra está muriendo gente inocente, entonces no hay que confiarse y dar ‘papaya’ en la calle”, menciona la mujer de 65 años.

A la guerra que se refiere Vivar es la que libran dos grupos de delincuencia organizada: Los Tiguerones y Los Gángster. Ambas bandas están enfrentadas por la pugna de territorio para la comercialización de droga y de espacios para extorsionar, principalmente en el casco comercial de Atacames.

El terror en los ataques

Uno de los casos más espeluznantes por culpa de esta guerra en Atacames se registró a inicios de esta semana. El 9 de mayo, Érick Chica Panezo, de 22 años, fue secuestrado, asesinado y decapitado.

Su cabeza fue hallada en el barrio Vista Al Mar y su cuerpo fue encontrado a unos 5 kilómetros en un sector denominado Cumba, en la vía a la parroquia La Unión de Atacames. El cuerpo estaba maniatado con sogas y con signos de tortura, según el informe de Criminalística.

Por ese asesinato la Policía realizó cuatro allanamientos y logró la captura de alias Comandante Pullas, quien recibió prisión preventiva por 30 días porque se lo investiga por los delitos de secuestro con muerte y extorsión.

El crimen de Chica Panezo habría ocurrido como consecuencia de una venganza de una banda contra otra por los hechos suscitados hace poco más de una semana en el sector conocido como La 13, en Atacames.

Allí se produjo una balacera en la que murió una niña inocente cuando supuestos miembros de Los Gángsters buscaban a dos Tiguerones dentro de un centro de diversión. A más de la pequeña, otras tres personas perecieron.

Los alcances de la guerra

Ambos grupos operan en tres zonas ‘calientes’ y son focos delincuenciales: en el sector La 13, en Vista Al Mar y en las invasiones de la parroquia Tonsupa.

Según Francisco Vinueza, jefe subrogante del Distrito Atacames - Muisne, estos grupos han migrado desde la ciudad de Esmeraldas. Esto, a decir del oficial, debido al trabajo policial y militar que se está haciendo en la capital de la Provincia Verde.

Vinueza afirmó que, a pesar de esta ola violenta de las dos bandas, en el cantón no se ha llegado a una alerta máxima por inseguridad.