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El presunto asesino de sus abuelos quería que pareciera un robo
El adolescente sospechoso del doble crimen brindó cafecito para el frío y habría manipulado la escena para que pensaran fueron unos pillos
Estuvo ahí mientras los agentes de Criminalística revisaban los cuerpos de sus abuelos. El adolescente, de 15 años, incluso brindaba café caliente a su entristecida familia en la fría madrugada del lunes 27 de julio de 2020. Nadie siquiera imaginaba que sería el sospechoso del doble crimen ocurrido en La Argelia, sur de Quito.
Era la 01:00. La alarma comunitaria sonó y despertó a todos. El primer pensamiento de la mayoría fue que un delincuente habría entrado a alguna casa para robar. Aunque antes nadie había escuchado nada. Ni siquiera a los perros –escandalosos y bravos– que cuidaban la vivienda donde minutos antes dos adultos mayores habían sido asesinados.
Según el mayor Iván Naranjo, jefe de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Vida, este fue un elemento fundamental en la investigación. Resultaba raro que si alguien entró a robar a los abuelitos, los canes no hubieran reaccionado. “No existía un victimario fuera del entorno familiar”, confirmó a EXTRA.
Los gendarmes revisaron la casa y no encontraron las cerraduras forzadas y los objetos de valor estaban en su lugar.
“Personas que vivían en la misma propiedad, pero en diferentes plantas, no escucharon que alguien más hubiera ingresado”, comentó Naranjo.
Los indicios apuntaban a que alguien del mismo núcleo familiar estranguló con una bufanda a una mujer, de 75 años, y golpeó en la cabeza y ahogó a un hombre, de 72.
Quiso despistar
En la madrugada del crimen, el nieto de las dos víctimas, que vestía jean plomo y una chaqueta verde con capucha, entraba y salía de la casa en medio de la conmoción de la familia. Se frotaba las manos.
Los agentes pidieron que desalojaran la escena para recabar los indicios, mientras todos esperaban en la acera.
Jefe Unidad de Delitos contra la Vida
Durante las primeras indagaciones se pensó que se trató de un robo. Pero no.
Iván Naranjo agregó que habría sido este muchacho el que abrió los cajones y desordenó las cosas para que pareciera que alguien había entrado a robar.
Lo más contundente, según el gendarme, fue el hallazgo de máculas cafés en el lavabo de la vivienda del adolescente y sus padres. “¿Qué criminal se lava las manos después de cometer este hecho? Ninguno”, sentenció Naranjo.
Además, el cuerpo del abuelo –hallado en el terreno de la casa– estaba cubierto con una sábana, sin zapatos. Para Naranjo, un delincuente común no haría eso. Estos detalles también alertaron a los agentes de la Unidad de Investigación de Delitos contra la Vida. Los cadáveres fueron levantados y llevados a la morgue.
Ya en la mañana, los policías continuaron con las investigaciones. El adolescente se mostraba inquieto. Y miraba a los agentes desde la terraza del inmueble.
Los investigadores entrevistaron a los familiares, incluido el muchacho. Fue entonces cuando habló. Él habría asesinado a sus abuelos “por un resentimiento que tenía de años anteriores”, reveló el mayor Naranjo.
En ese momento fue detenido frente a su padres, quienes aparentemente no tenían idea de lo que pasaba, ni del supuesto resentimiento de su hijo.
El sospechoso, sus padres y abuelos vivían en la misma casa, pero en diferentes departamentos.
Psicopatía
Según Adriana Oñate, jefa del Servicio de Psicología del Hospital Metropolitano de Quito, es necesaria una revisión del muchacho para conocer con exactitud lo que lo habría llevado a cometer el crimen.
“Estaría dentro del perfil de los parricidas... pero habrá que evaluar el entorno”, dijo.
Entre las posibilidades está que el menor haya desarrollado psicopatía, lo que no le permitiría ver la magnitud del hecho. “Si intentó disimular el hecho, quizá hubo una planificación. En estos casos esperan a que las víctimas no estén alertas”, explicó la experta.
Todo ocurrió en la madrugada, no se sabe aún si hubo algún enfrentamiento, pero los vecinos del sitio comentaron que los adultos mayores ya habrían tenido otros contratiempos. No saben si fue con él. Pero el año pasado alguien rompió una ventana de la vivienda aparentemente para robarles, después de unos meses habrían intentado incendiar la casa.
Oñate explicó que el joven debió presentar actitudes previas, quizá rebeldía o conflictividad. Queda investigar si los hechos del año anterior estarían vinculados al supuesto resentimiento del nieto.
“Fue una sorpresa para toda la familia conocer que el victimario de estas personas se encontraba entre ellos”, concluyó el mayor Iván Naranjo.
Psicóloga
Nota: EXTRA omitió los nombres de las víctimas para proteger la identidad del sospechoso, quien es menor de edad.