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'Popeye', con más vidas que un gato
El hombre que supuestamente era el objetivo de los matones, en una clínica de Guayaquil, ha recibido 4 atentados. En el último le dieron 4 'pepazos'
Si es que Jonathan Quintero Cedillo resulta ser el ‘blanco’ de los criminales, quienes la mañana del miércoles acabaron con la vida de Carla Cecilia Rocchetti León, en una clínica del norte Guayaquil, como afirma el comandante de la Zona 8 de Policía, general César Zapata, esta sería la quinta vez en que se salva de la muerte.
El primer atentado en contra del hombre, de 42 años, ocurrió en septiembre de 2015. Ocho meses después, en abril de 2016, Jonathan fue otra vez atacado. En marzo de este año volvió a ser nuevamente presa de personas que quisieron acabar con su existencia. Estos tres atentados ocurrieron en el sur del Puerto Principal.
Un mes después, el pasado 20 de abril, se produjo el último hecho violento, que consta en los registros de la Función Judicial, en contra de Jonathan, conocido con el alias de Popeye, esta vez sucedió en el barrio Martha de Roldós, de la parroquia Posorja, ubicada al suroeste del cantón guayasense.
Washington Suárez, fiscal de la Unidad Judicial Multicompetente de General Villamil (Playas), manifestó que en el atentado de abril Quintero recibió cuatro de los 15 disparos de proyectil de sus verdugos.
“El caso está en investigación previa y es de carácter reservado. Este hombre ha tenido cuatro atentados. El último se suscitó en Posorja y fue afuera de la casa de la mamá”, reveló el funcionario.
Sin embargo, Suárez cree que el suceso que acabó con la vida de Rocchetti, de nacionalidad peruana, no fue dirigido a Quintero. “Este hombre ya había sido dado de alta días antes de la clínica, hay que investigar bien, ha sido una coincidencia que la señora haya estado en el mismo lugar”, sostuvo.
Entre los procesos que constan en la página de la Función Judicial en contra de Quintero hay tres por tenencia de arma, dos por delitos contra la vida y dos por robo.
Posorja también es ‘puerto’ de droga
El fiscal Suárez reveló que en Posorja es frecuente que se realicen incautaciones de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización. “El martes último en una embarcación se decomisaron 108 kilos de droga, quince días antes 300 kilos, esto no es nuevo en esta parroquia. Sobre los muertos y heridos tampoco es novedad en este sector. Hay asesinatos con mucha frecuencia”, mencionó.
El pasado 26 de marzo, en el puerto de Posorja, se decomisaron 1,2 toneladas de droga camuflada en un contenedor de cajas de banano que se pretendía enviar desde el puerto marítimo de Posorja hasta Holanda, país del noroeste de Europa.
En diciembre pasado también fue incautada una tonelada de droga dentro de una embarcación.
El funcionario del Ministerio Público también manifestó que en lo que va del año, en esta parroquia de Guayaquil, se han registrado al menos cinco muertes por arma de fuego. (AEB)
Peruana residía desde el 2008 en Guayaquil
Guayaquil, la ciudad que hace 13 años escogió para formar su familia y trabajar, será desde hoy la última morada de Carlita como cariñosamente llamaban sus familiares y amigos a la mujer asesinada en la habitación 1120 de la clínica Kennedy.
Los restos de la extranjera, de 41 años, serán sepultados hoy en el cementerio Metropolitano de la urbe porteña.
La mañana de ayer su cadáver fue retirado del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forense. A este lugar llegaron su esposo y allegados para realizar los trámites y retirar el cuerpo.
Una persona cercana a la fallecida reveló que Carla residía en Ecuador desde el 2008 y que se estableció en Guayaquil, junto a su esposo y sus dos hijos.
“Era una mujer que no se metía con nadie. Muy dedicada a sus hijos, a su esposo, a su trabajo. Todo esto ha sido tan abrupto. Su esposo estaba en la oficina, eran como las 08:00 cuando lo llamaron para decirle que habían matado a su esposa”, contó la pariente.
La señora manifestó que Carla iba a ser sometida a una operación que no era delicada y que luego de la cirugía le iban a dar el alta.
Entre la tarde y noche de ayer estaba previsto que arriben otros familiares de la extranjera al Puerto Principal.
“La familia está consternada, no comprendemos como en una clínica privada pudo pasar esto”, lamentó la mujer.