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Jorge solía llevar a su familia de paseo. En esta foto ellos estuvieron en Colombia y disfrutaron un fin de semana juntos.René Fraga

¡No pudo festejar el Día del Padre!

El crimen ocurrió en Yaruquí, al oriente de Quito. Su esposa e hija tuvieron el peor Día del Padre debido a esta desgracia.

Anabel Llulluna no cocinó las chuletas de cerdo que compró su esposo para la celebración del Día del Padre.

Jorge Navarrete, quien era el festejado, fue asesinado la mañana del pasado miércoles mientras se dirigía al trabajo desde su domicilio ubicado en San José de Yaruquí, al nororiente de la capital. A pocas cuadras fue interceptado por dos desconocidos, quienes le segaron la vida con dos disparos en el rostro.

Días antes de su muerte, la víctima, de 29 años, llevó una pata de cerdo para preparar una comida y celebrar junto a las mujeres que amaba. Sin embargo, ayer, Anabel y su hija de 6 años pasaron solas, recordando los buenos momentos que compartieron con Jorge.

La señora lo consideraba su primer y gran amor. De cariño le decía “viejito”. Se conocieron cuando estaban en el colegio. Ella tenía 14 años y él, 17. Cuando la adolescente estaba en sexto curso quedó embarazada. Se casaron, formaron un hogar y Jorge construyó con sus propias manos una casa en el terreno de su suegro.

En la cocina de ese mismo lugar quedaron los últimos recuerdos. Anabel contó que la tarde del martes, su esposo llevó un pollo para la merienda y se puso a jugar con él. “Lo ‘hizo bailar’ como un títere”, dijo la viuda mientras soltaba una leve sonrisa.

Jorge era el chef de la familia. Preparaba pizza, encebollado y su plato favorito era la fritada. Comía bastante.

Una estrella en el cielo

Anabel secó sus lágrimas y bajó el tono de su voz porque no quería que su pequeña despertara. Luego acarició una fotografía donde aparecían Jorge, su hija y ella junto a un pequeño caballo. Esa imagen fue retratada en Colombia hace cuatro años.

Les gustaba viajar. En 2018 fueron hasta Guaranda para festejar el cumpleaños del abuelo de Anabel. En esa ocasión, el joven preparó una parrillada y caminó por el campo junto a la niña.

Luego del asesinato de Jorge, los allegados no le contaron la noticia a la menor de edad. Le dijeron que él continuaba en el trabajo. Una tía le preguntó a la niña: “¿Qué harías si uno de tus papis se va?”. La pequeña contestó: “La vida continúa”.

En el lugar del crimen, los familiares colocaron rosas para recordarlo.René Fraga

Por eso, la noche del miércoles, mamá e hija salieron a un patio junto a un pequeño jardín con geranios sembrados por Jorge y miraron las estrellas. Anabel le dijo a su criatura que cuando aparezca la más grande significaba que Jorge las mira desde el cielo.

¿Se confundieron?

El día del crimen, Anabel, de 25 años, dijo a los agentes que su pareja no tuvo enemigos ni estuvo en problemas.

Según el informe policial, los sospechosos le habrían intentado robar pero al resistirse le dispararon a quemarropa. Sin embargo, Anabel y los amigos de la víctima no creen en esta teoría.

Anabel llora la partida de su esposo con quien compartió más de 10 años.René Fraga

El cadáver de Jorge quedó tendido en la entrada del domicilio de Yolanda Anchapanta, quien relató que ese día escuchó varias detonaciones. Luego de unos minutos, ella salió y vio al joven inmóvil con un agujero en la cabeza y otro en el mentón.

También se percató de que tenía todas sus pertenencias y por eso descartó el hecho de que lo quisieron asaltar.

Anchapanta comentó que un agente le mostró el video de una cámara que registró el suceso. “Dos sospechosos se acercaron a Jorge. Uno de ellos le apuntó en la cara y disparó dos veces”, relató.

La vecina cree que los responsables del hecho se confundieron de persona porque, para ella, Jorge era muy querido por los moradores.