Cuando Jim Cruz se paró en la grada superior del mausoleo, delante del busto de Julio Jaramillo, el ambiente ya estaba encendido. Por el lugar habían pasado ya varios artistas aficionados, algunos con voz ronca y otros algo chillona, que a veces alteraba los nervios, pero todos con las ganas de homenajear a su ídolo, al recordar los 46 años de su fallecimiento.

(Este tema te puede interesar: Feriado de Carnaval: Eventos climáticos continuarán en los días de asueto)

La puerta 13 del Cementerio General de Guayaquil le dio ayer harto ‘camello’ al guardia, que a cada rato debía abrir la puerta para dejar pasar a quienes llegaban a visitar la tumba de Míster Juramento, para rendirle su tributo al recordar los 46 años de su fallecimiento, un 9 de febrero de 1978.

A quienes ingresaban con mochilas o bolsos grandes les hacía la requisa respectiva para evitar que ingresen licor. Pero, al parecer, su labor fue infructuosa porque, pese a su esfuerzo, precisamente trago era lo que más había adentro. 

Entre los asistentes había de todo. Estaban aquellos que como Pedro Lozano, de 80 años, que contaba que él había conocido a JJ de 'peladito', a eso de los 10 años, porque Míster Juramento llegaba a la casa, ya que su papá tenía un programa radial, 'La hora del chofer ecuatoriano', y conocía a varios artistas.

También estaba Eddy Salavarría, de 45 años, que con una camiseta sin mangas 'vacilaba' a plenitud su tatuaje en el brazo derecho, mostrando a Julio Jaramillo con un micrófono, como si estuviera cantando.

(Te invitamos a leer: Julio Jaramillo: Entre cánticos y bailes, fanáticos rinden homenaje en el cementerio)

En medio de ese homenaje se dio paso a la voz de Álvaro Roca, un ‘peladito’ de 7 años en formación artística, que minutos antes se había acercado al mausoleo a dejarle un ramo de flores a su ídolo. Tanya León, su orgullosa madre, le contó a EXTRA que “Álvaro canta desde los 3 añitos, interpreta rocola, pasillos, pero lo que más le gusta es esto, Julio Jaramillo”.

Justo en ese instante fue interrumpida por el chico, que de manera inocente y muy natural recitó: “murió un 9 de febrero de 1978”, a lo que ella sonrío y solo agregó: “se sabe toda su historia porque e gusta ver las películas de JJ”.

Cerca de las 12:45 llegó la hora de los ‘duros’, los artistas aficionados más ranqueados. Ray Ramos, presidente de la Asociación de Fanáticos de Julio Jaramillo, tomó la posta a quienes hasta ese momento habían hecho la ‘previa’. Luego de un buen arranque con un primer artista, apareció Jim Cruz. Era su primera vez en ese ‘escenario’.

Enrique Carbache y Martha Guerrero, una pareja de adultos mayores quienes se proclamaban ‘jaramillistas’, tenían su botella de plástico ‘cargada’ y de cuando en cuando se servían un traguito de puro en un vasito de plástico. . “¡Salud!”, decían, mientras seguían a voz pelada, como si fuesen parte del coro, la voz del cantante que entonaba ‘Carnaval en mi alma’.

(No te pierdas: Julio Jaramillo: 46 años de la muerte del artista que tuvo 27 hijos y grabó más de dos mil canciones)

Luego apareció Jim Cruz. Era su primera vez en ese ‘escenario’ y de entrada su voz convenció a todos. “¿Quién es ese ‘man’ que está cantando?”, preguntó admirado un sujeto que le servía un vaso de whisky a un amigo. “No sé, primera vez que lo veo aquí, pero canta bacán”, le respondió el ‘pana’.

“Quien quiera con el alma, el corazón no mande, quien busque amores buenos, que deje de soñar, el corazón y el alma son dos fuerzas humanas, que emprenden una senda para no regresar”, se escuchaba a Jim al interpretar la canción ‘El huerto de mi amada’.

Sofía, una mujer que grababa al frente con su celular, se volvió “loquita”, dijo su hijo al verla que gritaba “bien, bien, esa es”, mientras aupaba al artista.

El cantante Alonso Montero, sentado a un lado, reconoció la buena voz del artista. “La verdad no lo conozco, pero sí canta bien”, aseguró mientras esperaba su turno para también rendirle su homenaje a Julito.

Cuando Jim Cruz interpretó ‘Juramento’ a viva voz, le siguió el público, apostado alrededor o al frente del mausoleo, e incluso en la planta alta de un pabellón de bóvedas. “Todo pasa en el mundo, todo dura lo que dura una flor, un ave, un nido. Todo muere o se pierde entre la oscura y pavorosa noche del olvido”, sonaba en el parlante.

Pero el homenaje debía continuar. Y aunque muchos pedían que Jim siga, se dio paso a los otros artistas. Porque entre tragos o solo con agua, con voz roncosa o chillona, como algunitos que pasados de tragos se atrevieron a cantar, o como Jim Cruz o Alonso Montero que cuidan más su voz, todos de una u otra manera querían rendirle su tributo al Ruiseñor de América. Porque su legado sigue vivo, porque JJ no ha muerto. Al menos no su voz.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!