Este jueves, 9 de enero de 2025, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, generó controversia en redes sociales al pronunciarse sobre el secuestro de la líder opositora venezolana María Corina Machado, en medio de las manifestaciones contra el régimen de Nicolás Maduro. A través de su cuenta de X, Noboa criticó a los políticos ecuatorianos que respaldan a Maduro, acusándolos de ser cómplices de la “brutal dictadura” del mandatario venezolano. En su mensaje, etiquetó a varias figuras políticas, entre ellas su habitual contraparte en redes, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, a quien desafió a definir de qué lado se encuentra.

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Álvarez respondió rápidamente, pero su postura fue clara y breve: "Soy bien varón", señaló, sin entrar en profundidades sobre la situación en Venezuela. El alcalde guayaquileño condenó la situación en el país vecino, pero enfatizó que la prioridad para Ecuador debe ser resolver sus propios problemas. "Repudio lo que ocurre en Venezuela, pero aquí tenemos suficientes retos como para estar pensando en problemas ajenos", expresó Álvarez, quien aprovechó la oportunidad para cuestionar directamente al presidente sobre su manejo del país.

La crítica de Álvarez no se limitó a Venezuela. El alcalde señaló que, al igual que el régimen de Maduro en Venezuela, la situación en Ecuador también es preocupante, acusando al gobierno de Noboa de "secuestrar la Constitución". "Libérela y si gana las elecciones, hágalo bien", le dijo Álvarez al presidente, añadiendo que la nación ecuatoriana necesita unidad, pero también respeto por la Constitución y los principios democráticos.

En su intervención, Álvarez también subrayó la importancia de una "nación que no persiga ni siembre revanchismos tontos", sugiriendo que el gobierno de Noboa debe alejarse de los enfrentamientos políticos personales y centrarse en una verdadera reconciliación nacional.

'Soy bien varón'

El alcalde cerró su respuesta con una contundente postdata dirigida a Noboa: "Deje de pensar en mí, presidente. Soy bien varón", acompañada de un emoticón de un puño levantado, un gesto que refuerza su postura desafiante.

Este cruce de acusaciones y defensas pone de manifiesto la creciente tensión entre el presidente de Ecuador y el alcalde de Guayaquil, una disputa que mantiene inquieta a la ciudadanía y que sigue acaparando la atención mediática.

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