No hay cosa más incomoda que ‘cuerpear’ sin un poquito de luz ni ventilación. Esta fue la excusa que 15 clientes usaron para ‘salir por donde entraron’ de uno de los moteles ubicados en la vía a Daule, al norte de Guayaquil, durante el tiempo que no tuvieron energía. Todo este ‘caos’ y la falta de ‘cardio juntitos’ sucedió durante el racionamiento ordenado por el Ministerio de Energía para todo el país desde el viernes 27 de octubre.

Estas parejas llegaron emocionadas en el horario de 14:00 a 17:00, pero la felicidad les duró poco, pues antes de entrar al establecimiento uno de los colaboradores del lugar, Wilson Caicedo, les advirtió del ‘mal panorama’. “Se les decía que no había luz y que era decisión de ellos quedarse. Unos dijeron ‘no importa’ (risas), pero otros prefirieron irse”, comentó.

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Él, junto a otro de los trabajadores del sitio, sabían que debía comunicarlo a su supervisor, pero no tenían conocimiento de cuál podría ser la solución que le hallen al problema. “Tal vez digan que hay que comprar algún generador de energía, pero no estamos seguros de cómo podría remediarse este problema”.

Pero no solo este negocio ha sido de los afectados por los apagones. “¡Qué cosas suceden con el apagón, hasta los helados se derriten!”. Y esos no se vuelven a congelar... Rodrigo Caicedo, propietario de un local en la avenida Principal de Miraflores, es el que ‘canta’ esto. Cree que su producto, helados de paila, no soportará siempre las tres horas, de 14:00 a 17:00 como en el caso del motel, sin energía.

Los helados de paila, postre típico del país, son elaborados en un proceso singular: hay que dar muchas vueltas a la preparación predilecta (chocolate, frutilla, etc.) sobre una cantidad exagerada de hielo para que este logre enfriarse y luego congelarse. Por lo tanto, si a Rodrigo se le deshiela su producto no logrará recuperarlo cuando regrese la energía. “Mientras más abra el congelador, más rápido se derretirá lo que hay dentro. Y no puedo evitar abrirlo porque tengo que vender, no puedo perder clientes”, afirma.

Él junto con su esposa atienden su pequeño local desde las 13:00 hasta las 22:00 de lunes a domingo; sin embargo, ante la posible pérdida podría plantearse abrir solo los fines de semana. “Es preferible eso a botar el helado y la plata que invertí en eso”.

TIEMPO DE SOBRA

Pero las palabras de Rodrigo fueron interrumpidas por un grupo de tres mujeres que llegó caminando desde Urdesa, que también sufría el apagón en esa misma hora. Ellas dejaron ‘botados’ sus lugares de trabajo porque no tenían cómo ‘camellar’: laboran en una peluquería que dejó de atender a sus clientes porque no había cómo dejarlas más bellas.

“A tres clientas tuvimos que decirles que regresen más tarde porque ni siquiera hay cómo hacer las uñas, porque se necesita luz para ver”, explicó Leonela, una de las chicas.

Ella, uniformada con un mandil negro con filos rojos, relató que a la única mujer que atendían allí en ese momento era una señora que salía de viaje en las próximas horas y deseaba retocarse el color de su cabello. “La están atendiendo al pie de la puerta, pero ella no se hubiera quedado si no estuviera de apuro”, dijo.

SIN MÚSICA, SIN 'BIELA' Y SIN VENTILACIÓN

En el sector conocido como la 18, zona en la que se ofrecen servicios sexuales, la historia varió un poco entre la tarde del viernes y la de ayer. El viernes 27, el corte se dio en el horario de 11:00 a 14:00 y a propietarios de algunos locales, como a Washington Casquete lo pusieron ‘mosca’ para llevar a reparar un generador de energía que estaba arrimado desde hace 12 años y poder usar durante las horas a ‘oscuras’. “Eso me cuesta 250 dólares, pero resulta que esto no abastece a las necesidades actuales del negocio, como consola de sonido, y tocará comprar uno nuevo”, comentó.

Su compañero, Byron Guanín, presidente de la asociación que los agrupa, en cambio piensa en la seguridad. “Si no hay luz, no hay cámaras y, por ende, los pillos nos ven como presa fácil. A pesar de que tenemos guardianía privada y están pendientes, corremos peligro”.

Pero Luis Guanín, otro de los propietarios, piensa también en la garganta de sus clientes: las cervezas no se pueden mantener heladas siempre y los clientes prefieren beber menos de lo usual.

“Definitivamente esto genera pérdida para todos, pero más allá de eso hay que prever en la seguridad de todos. No es algo que va a poder sostenerse, sino que habrá que buscar soluciones”, finalizó Byron.

Tramo 5, correspondiente a Durán, sin movimiento

El servicio de transporte aerosuspendido Aerovía también es de los que sufre en las horas de corte. El tramo Durán, según una fuente de la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM), sería el afectado en el tiempo en que se raciona el flujo de energía eléctrica.

“Estuvimos sin energía eléctrica desde las 14:00 y esperamos hasta las 17:00 para que regrese. Esto sucede en la estación 5 de Durán”, comentó. Sin embargo, esta fuente aclaró que no se ha presentado ningún tipo de novedades durante el tiempo de corte. “Se aplicó el protocolo de manera normal”, añadió.

Por otro lado, en redes sociales, internautas mostraron su descontento con la paralización del servicio. La usuaria de X (antes Twitter) @KarinaPaolaO escribió “no hay nada peor que ir en la Aerovía y que se vaya la energía eléctrica”. Ella incluyó una foto en la que se observa a la cabina en la que se transportaba sobre el río.

@Skarafael también se quejó en X, a este joven, por otro lado, se le complicó su llegada a la universidad, según dijo en su publicación. “Aerovía sin operar, a pesar de que se informaba que no habría problemas en la movilización de usuarios por los cortes de luz”.

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