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Apagones Ecuador: mujer en una lavandería se las ingenia para no perder clientes
Ofrece lavar ella misma la ropa en un autolavado de ropa. Si el cliente decide esperar que vuelva la luz ella le hace la 'conversa'
A las 10 en punto se apagan las luces y las máquinas de la lavandería ubicada en la avenida Pichincha y calle Chile, sector de La Marín, centro de Quito. Mirian Romero dejó de escuchar el reguetón que pone generalmente para animar el trabajo.
Con el corte también se interrumpió el ciclo de lavado de tres máquinas. Esto significa pérdidas, pero Mirian Romero no se queda quieta, la dependiente de este local trata de no perder clientes, ofreciéndoles lavar ella misma la ropa. “En general, son ellos mismos los que usan las lavadoras y las secadoras. Es un autoservicio”, cuenta.
Mirian recibe las cargas de ropa sucia y las acomoda frente a cada máquina. “En cuanto llega la luz, yo meto rapidito a lavar para tenerla lista”, explica. En lugar de pedirles que vuelvan con la ropa sucia, les pide que vuelvan, pero a recoger todo limpio y seco.
A CHARLAR
Esta vez, el dueño de la carga que quedó ‘atrapada’ en las lavadoras se quedó a esperar. Mirian se sienta junto a él para conversar y que no se aburra. “Hasta eso nos ha tocado, ponernos a hacerles hasta bromas a los clientes para que la espera no sea tan fea”, comenta.
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Ella cree que si bien se redujo el tiempo de racionamiento, dos horas siguen siendo perjudiciales para los negocios. “Para invertir en un generador de electricidad sería uno muy grande y no alcanza para eso”, asevera.
Las máquinas funcionan con tensión de 220 voltios, por lo grandes que son. Mirian ha calculado que al día pierde al menos 100 dólares, pues el sitio suele ser concurrido.
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