Una camiseta llena de firmas y salpicada de lágrimas. Eso es lo que recibió ayer el padre de Anahí Valverde durante su funeral. La tarde del 20 de febrero, en medio del dolor, todas las compañeras de equipo firmaron una camiseta del Aucas con mensajes de condolencias.

Los restos de la joven, de su madre y de su hermano mayor fueron velados en una funeraria del norte de Quito. La futbolista y sus parientes murieron luego de que la buseta en la que viajaban se impactara contra un bus, la mañana del viernes pasado.

Los otros cinco pasajeros, quienes también eran familiares de Valverde, y el conductor del vehículo están internados en distintas casas de salud.

Dos de ellos están en condiciones críticas y el resto se recupera de sus heridas.

Álex Valverde, primo de la joven futbolista, contó que ella siguió los pasos de su padre, quien entrenó en las categorías inferiores de El Nacional. La chica fue parte de varios equipos barriales del sur de Quito durante su adolescencia antes de que jugará como profesional en el 'papá' Aucas.

El pariente también contó que el día del accidente la joven y sus familiares salieron a las 04:00 y se dirigían a Atacames para disfrutar de un viaje juntos. Añadió que contrataron la furgoneta para ir con más tranquilidad sin pensar lo que ocurriría. “Al parecer, el conductor se quedó dormido y pasó el trágico accidente”.

QUERÍA LLEGAR A LA SELECCIÓN 

A pesar de que Anahí jugaba como volante del Aucas, ella era hincha de Liga de Quito. La pierna con la pateaba era la derecha y su objetivo era representar a la Selección Nacional Femenina.

Lizeth Rodríguez era la asistente técnico del equipo donde jugaba Valverde. Ella pidió que la camiseta que homenajeaba su memoria llevara impreso el número 13, porque era el favorito de la jugadora y con el que ella quería debutar la Superliga Femenina. La prenda fue obsequiada por la dirigencia del equipo.

Valverde, de 19 años, jugó su último partido el anterior fin de semana. El director técnico, Samy Ariza, decidió que entrara a la cancha en el segundo tiempo para que recuperaran el balón. “Su temperamento inspiraba a las demás y su liderazgo contagiaba a las chicas e intimidaba a las rivales”, dijo el estratega.

Al finalizar el cotejo, la jugadora les dijo a sus compañeras que luego de la primera corrida que hizo se quedó “ahogada”. Todas rieron juntas.

Ayer, las mismas mujeres que acompañaron a Anahí Valverde en cada partido se despidieron de ella ubicando la camiseta que firmaron encima del féretro y juraron volver a disputar un partido en la “eternidad”.

ERA LA MÁS DIVERTIDA

Sus compañeras recuerdan a Valverde como una mujer carismática, risueña y alegre. Lizeth Rodríguez contó que la jugadora solía aprovechar el descuido de sus compañeras para hacerles una ‘galletita’ con el balón.

Incluso, el entrenador Ariza recuerda que en ciertos momentos la chica le hizo esta maniobra. El estratega no olvidará el día de su cumpleaños cuando Valverde con otra futbolista le hicieron morder el pastel.