Pareciera que la salitreña Estela Aguirre, al nacer el 1 de julio de 1959, en lugar de llorar, lo que hizo fue pegarle una ‘puteadita de confianza’ al médico que la trajo al mundo. Tiene 64 años, es conocida en las redes sociales como Mami Estela y se volvió viral en diciembre de 2022.

Ella aparece en un video quejándose ante unos trabajadores de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL). La planilla de la casa de su madre Blanca Lozano (fallecida) había subido de 10 a 80 dólares, de un mes a otro.

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El personal de CNEL fue hasta la vivienda, ubicada en la Primavera 1 (Durán), para cambiar el medidor y entonces Mami Estela les hizo el reclamo a su estilo, con un ‘concierto’ de palabrotas.

“No sé qué chu… quiere la Empresa Eléctrica, allí están los medidores y se ven. Ahora, el amigo que los está cambiando dice que el problema es porque sus compañeros son patuchos y ciegos, pero estos cara de ver… a un cu… si lo ven de lejos. Ahora vienen a decirnos que habrá otro sistema”, dice en el audiovisual, que tuvo 12.392 reproducciones.

“Esta señora me representa, la vamos a nombrar dirigente de los afectados por la Empresa Eléctrica”, “Qué ganas de expresarme así cuando hay injusticias”, “La pura verdad, en otro vocabulario”, “Ese es el hablado que enamora”... Mensajes como estos recibió en su cuenta, al igual que otros como: “Cuántas groserías por minuto”, “Vulgar, qué necesidad de utilizar ese vocabulario para protestar”, “Gente de poca educación”...

Y no faltaron los que etiquetaron a sus ‘panas’ y les escribían: “Eres tú” o “Te hablan”. Incluso hubo damiselas que se identificaban con la sexagenaria y comentaban: “¡Yo… de vieja!”.

Mami Estela sabe que hay gente a la que le gusta su estilo, pero hay otros que lo critican, pero a ella le vale ‘tres atados’. “El que me achaca se va a la casa de la…”, descarga con picardía.

En otro de los comentarios, un internauta la llama “maestra”, y con razón porque, aunque cueste creerlo, Mami Estela lo fue, al menos dentro de su casa. Les enseñó a leer a sus sobrinos y a sus nietos, usando una técnica especial. “Les decía: la p con la i, ‘pi’; la ch con la a, ‘cha’ (estimado lector, una usted las sílabas)”. 

Pese al ‘curso’ que les dio, cuenta que ninguno salió malcriadito, asegura, solo ella. Sus dos hijos no han continuado con el ‘legado’.

Bien podría haber roto un récord de insultos, pero como son tantos, no los puede contabilizar. El único momento en el que no salen palabrotas de su boca es cuando duerme.

Su vocabulario le ha abierto las puertas a partidos de fútbol. “Acá me piden en la cancha, en el polideportivo. ‘Usted es chévere para insultar’, me dicen. En el juego les grito: ‘Eres cara de… no te quedes parado, corre’”.

Admite que es malhablada, pero no ‘piteona’. Es más, es muy querida en su barrio. Sus vecinos ‘le buscan la boca’ y la provocan para que los putee, pero todo en son de broma.

Cuenta que varios la hacen asustar, solo para escucharla insultar. “Ahora de noche me vienen a pasar el huevo, por el susto”, expresa entre risas.

La aprecian tanto que en 2019 sus ‘vecis’ aprovecharon que ella salió de su casa y le decoraron su garaje para celebrarle el ‘cumple’. Fue la iniciativa de una nueva moradora, quien no sabía que a Mami Estela no le gustan los festejos.

Su hijo menor, Carlos Rosero, conocido como Carloncho, les advirtió que eso le desagrada a su madre, pero no ‘pararon bola’. La homenajeada llegó y dijo: “¡Qué chu… les pasa! ¿Acaso les pedí que me hagan fiesta? No me gusta y me entré a dormir”.

Carloncho cuenta que repartieron la torta y cada quien ‘voló’ a su domicilio. “Al principio, la vecina nueva se impresionaba, pero se fue acostumbrando. Yo decía: ‘Ve esta vieja, ¿a cuántos se habrá ‘comido? y se admira con mis palabras’”.

El responsable de que Mami Estela sea conocida en las redes sociales es justamente su hijo Carloncho. ‘Quedito’ la grababa, sin que ella se diera cuenta. 

“Estábamos almorzando con un primo y le digo: ‘Subamos un video para que la gente goce’. Ella nos sirvió pollo y yo le digo: ‘Mami, el pollo está grasoso’. Ella responde: ‘Coman, caras de la ver… Aquí vienen a decir que está grasoso. En otro lado, ¿qué ch… han de comer?’. Publicamos el video y tuvo medio millón de reproducciones en menos de un día”, relató el vástago.

No graban a diario, solo cuando la agarran desprevenida. Ella no es tiktoker ni quiere serlo. “Yo salía, la gente me quedaba viendo y murmuraba, y ha sido que este gordo (su hijo) me grababa y subía esos videos. Era famosa y yo ni enterada”, dice entre risas.

Una vez en un taxi, el conductor, fan de Mami Estela, la reconoció. “Me miraba bastante, hasta que me ‘arreché’ y le dije: ‘¿Qué tanto me mira, ch…?’. Él me contestó que había visto mis videos, que por favor le grabe uno para un amigo. Eso hice y me regaló la carrera”, recuerda.

Revela que cuando viaja pasa lo mismo, muchos se le acercan, se toman fotos con ella o la graban y les da su ‘puteadita de confianza’.

Algunas personas piensan que con las grabaciones, ella factura harto, a lo Shakira. “¿Qué voy a estar cobrando? ¡Ni ver… gano!”.  

Como Mami Estela reside en el cantón Durán, no es ajena a los problemas de la urbe. “Los políticos son como la…, solo prometen y nunca hacen nada. Estamos sin agua, a veces no tenemos ni para lavarnos”, lamenta la mujer, quien también se queja de la inseguridad, pues por el incremento de la violencia ya no se reúne con sus amigas en la esquina para pegarse unas ‘frías’ (unas gaseosas frías, aclara).

Si fuera alcaldesa o presidenta de la República, ella mandaría a los vagos a la casa y cargaría rectitos a todos. “Sería una servidora pública hasta las h…”, concluye Mami Estela, que no monetiza con sus videos, pero se gana el cariño de la gente, por lo menos de los ‘mal llevados’. 

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