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Las amenazas que pesaban sobre Steven Aguirre, el doctor asesinado por no dejarse secuestrar
Entre los anhelos del joven galeno estaba terminar la rural y viajar a Brasilpara especializarse como cirujano plástico. Sus familiares piden justicia
“Vea, hermano, no quiero enterarme que has denunciado. Diez mil dólares vas a transferir o depositas a una cuenta que te voy a dar, de ustedes depende seguir tranquilos con sus vidas”. Este uno de los mensajes amenazantes que recibió el médico empalmense Steven José Aguirre Giler, meses antes de ser asesinado.
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El pasado 14 de mayo él se convirtió en una de las víctimas de la violencia criminal que azota al país. En lo que va del año, más de 2.100 personas han sido asesinadas. Guayas es la provincia que registra el mayor número de hechos de sangre y de otros delitos como secuestro y extorsión.
Un balazo en el tórax truncó para siempre los sueños y la vida del galeno, quien en julio iba a cumplir 26 años. El día de su crimen se movilizaba en su carro con destino a su trabajo, en un centro de salud de la parroquia La Guayas, en el cantón El Empalme, provincia del Guayas, cuando fue abordado por delincuentes que tenían la intención de secuestrarlo.
José Luis Aguirre, hermano mayor del fallecido, relató que desde diciembre pasado Steven era víctima de ‘vacunadores’ y que incluso se había salvado de un atentado perpetrado por sujetos armados, que intentaron llevárselo a la fuerza, pero el vehículo se les dañó, lo que les arruinó el maléfico plan.
“Mi hermano ya estaba siendo amenazado y nos repetía: ‘Yo no me voy a dejar secuestrar, no le voy a dar ese dolor a mis padres’, pero el dolor que sentimos por su muerte es mucho peor. No pudieron llevárselo meses atrás. Lo veían como una presa fácil porque era médico. Mi ñaño era el ‘bebé’ de la casa, el engreído de todos. Deseaba viajar a Brasil para seguir con su carrera”, recordó con tristeza José Luis.
En los mensajes amenazantes también le advertían que, de no pagar, atentarían contra la vida de sus familiares y que lo tenían ubicado, tanto a él como a sus parientes más cercanos.
Steven ya les había advertido a las autoridades de salud que temía por su vida e incluso por 45 días, luego del atentado del que fue víctima, lo designaron a otra unidad médica.
“Mi padre pagó, no sé cuánto, pero esta gente seguía con las amenazas, quería más dinero. No tenemos claro cómo exactamente fue la muerte de mi hermano, hay tantas dudas. Solo pedimos justicia y que no quede en la impunidad. Era un joven con un futuro prometedor. Mi papá y mi hermana también están ligados a la rama de la medicina y él había seguido sus pasos”, manifestó con su voz entrecortada el mayor de los Aguirre Giler.
Steven era el menor de tres hermanos y le faltaban tres meses para terminar la rural. Entre sus anhelos estaba aprender el idioma portugués para poder acceder a una especialización en Brasil. Soñaba con ser cirujano plástico.
Hacen un llamado de seguridad al ministro de Salud
Una semana después del asesinato del doctor Aguirre, el Colegio de Médicos de Guayas anunció una protesta de brazos caídos, porque “no hay seguridad para quienes están haciendo la rural”. Le pidieron al ministro de Salud, Franklin Encalada, emitir un protocolo para la protección de los jóvenes médicos o cambiar el reglamento y que ya la medicina rural no sea obligatoria.
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