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Estos productos se expenden en los alrededores de los centros educativos.canva

Alerta en Quito por gelatinas con siete grados de alcohol al alcance de los niños

Educadores han advertido de la situación y piden declarar en emergencia al sistema de educación ecuatoriano, por este y otros peligros

Como cualquier otra golosina, las gelatinas de licor están en las perchas de algunas tiendas cercanas a establecimientos educativos. “A los menores no vendemos”, aseveró el dueño de uno de estos negocios en el Centro Histórico de Quito.

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Sin embargo, el precio es totalmente asequible para un estudiante: cada gelatina cuesta 25 centavos y tiene siete grados de alcohol. “Eso sí, los chicos sí piden bastante, pero ahí mismo dice que es para mayores de 18 años”, aclaró.

Un alumno de segundo de bachillerato le contó a EXTRA que sí es posible comprar no solo este tipo de ‘golosinas’ (que no son sino otra forma de consumir alcohol) sino botellas o cigarrillos. “Lo hacen más camuflado, pero sí venden a chicos, incluso con uniforme”, reveló.

Esto también lo afirmó Andrés Quishpe, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE). “Este no es un problema de ahora sino de varios años y hemos detectado estas formas de consumir alcohol en los chicos”, explicó. Entre los menores de edad también circulan pasteles de marihuana, e incluso dosis de estupefacientes, según el dirigente.

Emergencia en el sistema educativo

Según Quishpe, la delincuencia organizada busca siempre las formas de cooptar menores de edad para sus filas. “Buscan contaminar a los jóvenes de cualquier forma. Las gelatinas solo son una parte del gran problema”, agregó.

Es por ello que han solicitado al Gobierno Nacional la declaratoria de emergencia en el sistema educativo. “El Ministerio del Interior tiene un mapeo de las zonas y distritos con las distintas problemáticas. Hay datos para enfrentar la situación”, indicó el dirigente.

Sin embargo, no es solo cuestión del entorno escolar, pues este tipo de shots se expenden, generalmente, fuera de los colegios, donde no están los maestros. “Todos los entornos de los niños deben ser seguros, es un trabajo de los padres y del Estado también”.

Más atentos con los estudiantes

La dependiente de un supermercado de la avenida América contó, en cambio, que las gelatinas no son tan apetecidas por los chicos. “Acá no se vende a los menores de edad”, insistió.

Para Kléver Hidalgo, educador y representante de la UNE de Pichincha, el tema recae sobre la Policía Nacional. “Hacen recorridos en algunos planteles, pero necesitamos que la presencia sea continua. No hay los controles necesarios”, lamentó.

También recomendó que los padres estén pendientes de las actividades de los menores. “Por ejemplo, nosotros no podemos requisar una mochila, porque atenta contra sus derechos. La policía o sus padres sí”.

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