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Adultas mayores rezan con entusiasmo y devoción las plegarias.Gustavo Guamán

Alaban a Jesucristo con el 666

se marcan la piel y no creen en el pecado ni en el infierno. Así son los creyentes del Ministerio Creciendo en Gracia.

Nadya Chaubín dice que la botaron de la iglesia porque quedó embarazada. Era católica. Catequista. Cantaba en el coro del templo. Colaboraba con las eucaristías. Predicaba el Evangelio...

Sin embargo, desde que el sacerdote la expulsó se quedó ‘vacía’ espiritualmente. Le hicieron creer que no era digna de pertenecer a ese templo porque esperaba un hijo antes del matrimonio.

Chaubín cuenta que luego de eso estuvo varios años dudando de su fe y de la religión. No sabía a quién entregar su devoción.

Existen ocho centros educativos del ministerio en ciudades como Quito, Guayaquil, Loja. Existen dos mil seguidores.

Hasta que el padre de su hijo la invitó a una sesión en el Ministerio Creciendo en Gracia. Al principio no creía en un Jesucristo puertorriqueño, pero luego de unos meses lo alababa con tanto fervor que incluso se tatuó el número distintivo de esta doctrina, el 666. Lo adornó con alas de ángel.

No es la marca de la Bestia. Luis Maibo se tatuó SSS (Salvos Siempre Salvos) en su mano derecha y el 666 en la izquierda. Él forma parte de los más de 2.000 devotos en el país en ciudades como Guayaquil, Quito, Loja, entre otros. Es creyente por más de 20 años. Nunca ha dejado de asistir a un encuentro.

Y dice que lleva con orgullo las marcas en su cuerpo e insiste que no son signos diabólicos. Es más, explica que son símbolos sagrados y llenos de sabiduría. “Este número se mantuvo oculto de la religión por años. Hasta que el Señor apareció por segunda vez para explicarnos”, relata.

El nuevo Mesías

Chaubín se tatuó el 666 y los adornó con alas de ángel.Gustavo Guamán

En el segundo piso de un edificio esquinero esperan más de doce creyentes. Están sentados a dos metros de distancia para evitar la propagación del coronavirus. Los recién llegados, antes de ingresar al templo, colocan sus dedos índices y medios juntos, hacen una venia y saludan al resto con la palabra ‘Bendecidos’.

Frente a ellos se ubica una tela cuadrada de metro y medio a cada lado, donde se proyectan imágenes de los centros educativos de otros países.

La transmisión es en vivo y se lo hace simultáneamente para más de 23 iglesias de Creciendo en Gracia regadas por todo el mundo. Después comparten algunas alabanzas y predican el evangelio que les trajo el ‘segundo Jesucristo’.

El segundo Jesucristo falleció en noviembre de 2013 por un derrame cerebral, a los 67 años de edad. Se casó y tuvo cinco hijos.

José Luis de Jesús Miranda fue el fundador de esta doctrina hace más de 40 años. Él nació en Puerto Rico y se convirtió al evangelismo mientras cumplía una pena en prisión por narcotráfico y asesinato. Al salir de ‘cana’ viajó a Massachusetts, Estados Unidos, donde fundó un centro de rehabilitación religioso para personas adictas a los estupefacientes.

Luego regresó a su tierra natal, donde tuvo una visión. Según la información de la página oficial del ministerio, dos ángeles se le aparecieron y le dijeron “mantente en pie que el Rey de reyes y el Señor de señores ha venido a ungirte para el ministerio”.

Juan Carlos Vega, líder del grupo de fieles de Quito, menciona que en dicha aparición, Jesucristo conversó con Miranda. Le dijo: “Tú estás muerto al pecado” y se ‘alojó’ en su mente.

Desde entonces, el puertorriqueño es considerado como el segundo ‘salvador’ del mundo y los principios de esta doctrina se basan en lo que le habría dicho el primer Jesús.

Sin culpa ni remordimiento

Uno de los creyentes se tatuó las iniciales de Salvo Siempre Salvo en una de sus manos.Gustavo Guamán

Vega explica que Miranda fue iluminado con la ‘verdadera’ Palabra de Dios. En esta, según él, no existe el pecado ni el infierno porque la crucifixión del Nazareno significó la liberación de las culpas de las generaciones venideras.

Otro concepto que manejan es que la salvación de las almas no está en juego. “Fuimos escogidos por Dios antes de la fundación del mundo”. De este pensamiento se deriva el lema principal del ministerio y el cual también se tatúan los creyentes en su piel: ‘Salvos Siempre Salvos’...

Todo esto era difícil de digerir para Chaubín. No fue fácil cambiar su creencia católica al de este nuevo movimiento. En un inicio, le costaba entender que un hombre nacido en Puerto Rico fuera el hijo de Dios y que a él debiera rendirle tributo.

Sin embargo, de a poco se fue ‘enamorando de la palabra’ y ahora tiene un programa musical en el ministerio que se transmite a nivel internacional. Ella se siente motivada por esta nueva oportunidad de expresar su espiritualidad. “Ya no debo estar arrodillada ante una cruz. Puedo sentirme más libre que antes”, comenta.

El rechazo

Hay personas que no están de acuerdo con esta doctrina. Alexandra Imbaquingo es una de ellas. Ella es católica y cree que por este tipo de cultos los jóvenes ‘pierden el horizonte’. “Cometen actos vandálicos e incluso hay otros que se suicidan”.

La venezolana María Calderón concuerda con Imbaquingo. Dice que respeta la creencia del resto de personas, pero no está de acuerdo con sus prácticas. “Tengo amistades que utilizan los cultos para hacer maldad a otros”.

Qué dice la ley
Los creyentes cantan luego de predicar el evangelio. Las reuniones son los domingos.Gustavo Guamán

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) realizó la primera y única encuesta a nivel nacional sobre religión y cultos, en 2012. En dicho estudio se evidenció que 8 de cada 10 ecuatorianos que dicen tener una filiación religiosa son católicos.

Además, tres de cada diez creyentes afirmaron asistir por lo menos una vez a la semana a algún culto religioso. Dos de cada diez una vez al mes y el 15,9 por ciento asiste solo en ocasiones especiales.

La abogada María Dolores Miño, experta en Derechos Humanos y docente de la Universidad Internacional (UIDE), señaló que la libertad de culto es un derecho humano consagrado en la Constitución, como en otros instrumentos internacionales. Este apunta a que todas las personas tienen derecho a seguir una religión, creencia o devoción y que eso no implique ser objeto de estigmatización, persecución o discriminación.

Eso sí, la jurista aclaró que dichos cultos pueden ser avalados siempre y cuando los rituales no sean incompatibles con el resto de Derechos Humanos. “Por ejemplo, no estaría protegido por la ley si un culto en un ritual mate a alguien”.

Miño indicó que en el país existen más de 840 cultos registrados como iglesias y que no solo están en la rama católica sino en la hinduista, islámica, entre otras.

En Ecuador, la entidad encargada de regularizar los cultos es la Secretaría de Derechos Humanos, mediante una dirección de Cultos. Antes estaba encargado el Ministerio de Derechos Humanos y Cultos, pero dicha entidad fue desintegrada en 2018.