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‘Aguinaldo’ de balas en parque de Milagro
Un individuo acudió a observar un encuentro de vóley y hasta ese lugar también llegaron los pistoleros, quienes le descargaron un arma de fuego
Desde el 29 de noviembre pasado, los milagreños habían recuperado la calma ante el cese de muertes violentas bajo la modalidad de sicariato. Sin embargo, esa tranquilidad se alteró nuevamente a pocas horas de despedir el 2021, con el asesinato de un hombre.
Desde las cinco de la tarde del martes 28 de diciembre, los agentes policiales iniciaron las investigaciones para ubicar a dos sujetos que se movilizaban en una moto color rojo y que serían, según los testigos, los responsables de la muerte de Egidio Valderrama Olivo Morocho, de 56 años.
La víctima, como todos los días, llegó hasta el Parque Norte, en el barrio del Seguro Social, para observar los encuentros de vóley que se desarrollan en las tardes. Luego, por alguna razón, salió del centro de diversión deportiva y a unos tres metros de la puerta principal, en la vereda, fue atacado por los pistoleros.
“Todo fue rápido. Él salió y se le acercaron esos dos tipos en una moto y ¡pum!, ¡pum!, ¡pum! le dieron plomo”, dijo un asustado testigo.
El cadáver de quien se dedicaba al comercio informal utilizando un triciclo con el que rodaba por las diferentes calles céntricas de Milagro (Guayas) quedó tendido en el suelo.
Los curiosos no tardaron en identificarlo y fueron en busca de su familia, en el barrio Los Chirijos.
Con múltiples antecedentes
Los investigadores llegaron a los pocos minutos, pues a menos de veinte metros de la escena del crimen hay una Unidad de Policía Comunitaria (UPC).
El jefe policial Diego Pavón informó que, una vez revisado el sistema, confirmaron que Olivo Morocho registra catorce antecedentes penales por robo y sustancias sujetas a fiscalización, en diferentes años.
“Esta es una muerte direccionada por conflictos de microtráfico. La propia familia nos ha manifestado que la víctima se dedicaba al consumo de sustancias sujetas a fiscalización”, informó el oficial.
El personal de Criminalística que fijó la escena no encontró ningún tipo de indicios balísticos que aporten con las investigaciones, por lo que presumen que los matones utilizaron un arma de fuego tipo revólver.