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Raúl realizando un selfi con sus compañeros cangrejeros.Cortesía

El aguijón del bagre lo habría herido como una miniestaca

Según el médico perito la herida que le causó el ejemplar al pescador artesanal fue de 8 a 10 centímetros de profundidad y le traspasó piel, músculos, costillas, hasta llegar al corazón.

Raúl Mejillones, de 33 años, falleció ayer 5 de marzo, luego de ser atacado por un bagre, en el sector Puerto Baquerizo, de la parroquia Santa Rosa de Flandes, cantón Naranjal, provincia del Guayas.

El sujeto estaba en compañía de 9 pescadores, con quienes fue a capturar cangrejos y al regresar a casa se toparon con un ejemplar de más de un metro que vino con ‘viada’ y le clavó su aguijón en el pecho de Mejillones, oriundo de la Isla Puná.

El médico forense Fidel Peñaranda afirma que el impacto de la espina perforó piel y músculos, pasó por dos costillas y llegó al corazón del cangrejero. La profundidad de la herida fue de 8 a 10 centímetros, con un ancho de 2 centímetros. Y al salir el ‘pincho’ le hizo un corte a la altura de la tetilla izquierda, 15 centímetros fue su tamaño.

“Al final, murió por hemorragia aguda torácica interna”, detalló el médico perito que revisó el cuerpo.

El pescador Mauricio Lucin sostiene que la espina al entrar y salir deja arena dentro de la herida y va cortando la carne porque es una especie de gancho que tiene en la punta y esta al salir va desgarrando la piel por dentro. “Eso se infecta enseguida, y también deja residuos de lodo. Yo tengo una experiencia y un bagre me hirió en una pierna y esta se me hinchó como elefante, esto terrible si la persona es diabética”, concluye Lucin.

Hay venenosos

Una investigación desarrollada por un estudiante de Licenciatura de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, por lo menos 1.250 y hasta 1.600 especies de bagre que pueden ser venenosas.

El animal usa su veneno principalmente para defenderse de peces depredadores, aunque algunos pescadores han sufrido por el ataque de un bagre.

La ponzoña del bagre envenena los nervios y rompen las células rojas de la sangre, produciendo efectos como dolor grave, reducción del flujo sanguíneo, espasmos musculares y estrés respiratorio.