Marido y mujer llevaron a su hijo adolescente a un chongo de Santa Teresa de Píntag, al suroriente de la capital, para tomar unos tragos, pero la ‘chupa’ terminó con la muerte del menor de edad.

Eran las 21:30 del lunes. Según el informe policial, la pareja se había quedado sin dinero para comprar más bebida. Uno de los guardias les pidió que se retiraran del lugar, pero no hicieron caso. En ese momento se formó una gresca entre la familia y los trabajadores del cabaré.

Llovieron botellas, sillas e, incluso, un par de sexoservidoras se metieron a la bronca y salieron heridas. El padre de la víctima contó a los agentes que mientras él y su esposa forcejeaban con los empleados un guardia se acercó a su hijo y lo apuñaló en el pecho.

Los papás llevaron al chico al Hospital del IESS de Sangolquí y alertaron a la Policía del suceso. El adolescente, de 15 años, murió desangrado de camino a la casa de salud. Tenía una herida de puñal en medio del tórax.

Miembros de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) entrevistaron a los padres del muchacho y fueron hasta el centro de tolerancia, donde detuvieron al sospechoso.

El coronel Joffre García, subcomandante de Quito, mencionó que este es un caso atípico y que realizan acciones conjuntas con las autoridades pertinentes para evidenciar si tenían permisos de funcionamiento y cumplían con los requisitos para abrir el local.

¿Qué hacía un menor de edad en un sitio como estos? Desde la Intendencia de Policía explicaron a Diario EXTRA que cuando ocurre un hecho de este tipo, ellos inician un acto administrativo y esperan los resultados investigativos de la Fiscalía para sancionar a los dueños del local.

La pena más grave es la clausura del sitio. Las puertas del chongo permanecen cerradas con cadenas.

Los moradores del sector se encuentran consternados por el suceso y piden a las autoridades que retiren los permisos de funcionamiento a dicho local. Pablo Mejía, vecino y miembro del comité de seguridad, comentó que la zona donde se ubica el chongo se ha convertido en una hueca de delincuentes. “En los exteriores roban a diario”.

El habitante añadió que es el primer hecho violento que se registra en ese sector rural en el que viven cerca de 2.000 personas. Además, solicitó más presencia policial por la zona porque, según él, cuando ocurre algún delito están desamparados. La Unidad de Policía Comunitaria (UPC) más cercana se encuentra en Píntag, a 15 minutos en carro. “Realizaremos plantones para exigir que nos den más seguridad”, concluyó Mejía.

Los moradores de Santa Teresa de Píntag añadieron que los delitos más comunes en el sector son el robo de vehículos y el robo de ganado.

Ellos dicen que cada semana desmantelan, por lo menos, dos autos. Pablo Mejía recordó que hace dos semanas se metieron a la casa de su hijo para desarmar un vehículo de alta gama que este había alquilado. Presumen que hay bandas en la zona.