Las autoridades se mantienen en silencio. Los padres de familia exigen respuestas y los estudiantes del Colegio Consejo Provincial, en el sur de Quito, van con temor a recibir clases.

Esto luego de que se develara una presunta violación ocurrida en el interior del plantel que ha generado un ambiente de incertidumbre y tensión.

El hecho se registró el pasado 17 de noviembre y la Fiscalía sigue un proceso investigativo. Además, la víctima se encuentra con acompañamiento psicológico y recibiendo clases de manera telemática.

Este problema provocó que varios integrantes del comité de padres de familia dejarán su cargo y, por ende, la responsabilidad de darle seguimiento a la supuesta agresión sexual.

El viernes 9 de diciembre, los presidentes de los representantes de cada curso se reunieron para conformar el nuevo comité.

Esto ha causado indignación en algunos representantes de alumnos porque dicen que no les avisan de las decisiones que se toman en la institución.

Cristina Caiza no se siente respaldada ni representada por las autoridades del colegio. Aseguró que no les dicen nada y que lo que pretenden es esconder lo negativo para que la imagen de la institución no se manche.

Caiza añadió que en el curso de su hija, tercero de bachillerato, los amenazaron con botarlos del ‘cole’ o bajarles puntos en el parcial si continúan reclamando o pidiendo justicia por el caso de la menor de edad que habría sido abusada.

También indicó que luego de que explotara el caso, la única medida que tomaron dentro de la institución fue cerrar las puertas de los baños porque en ese lugar es donde habría ocurrido la agresión.

Padres vigilantes

Caiza aseguró que hay tutores y docentes que no dan la cara cuando les preguntan por los problemas de inseguridad que, al parecer, existen dentro del plantel.

Incluso, afirmó que suelen socapar a los estudiantes que se meten en inconvenientes. “Hay chicos que llegan borrachos a clases y los profes les suelen esconder en aulas hasta que lleguen sus padres y les pase un poco el estado en el que están”.

Ante el supuesto problema de consumo de alcohol y estupefacientes de estudiantes, los padres de familia han creado brigadas de seguridad para evitar que sus hijos vayan por ‘malos pasos’.

Fidel Estacio es parte de un grupo que se encarga de cerciorarse de que los alumnos ingresen al plantel porque hay chicos que se fugan y terminan siendo víctimas de robos o se van de ‘chupe’.

Estacio mencionó que la psicóloga del plantel le recomendó a su brigada, conformada por cinco padres, que no solo se paren en la puerta principal para verificar que entren todos, sino que bordeen al colegio para ver si hay algún fugado.

Los viernes suelen hallar varios muchachos que se escabullen entre los pasajes del sector Solanda, se cambian de ropa y luego se van a ‘caídas’ o discotecas clandestinas.

La Policía del sector informó que la semana pasada clausuraron un lugar que tenía la fachada de restaurante, pero que en el interior vendían licor y realizaban fiestas ‘tapiñadas’.

EXTRA se contactó con el Ministerio de Educación para conocer qué medidas se han tomado dentro del plantel tras las alertas que se han denunciado, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.