Las paredes y los muebles de la cocina estaban manchados de sangre. Y en el suelo yacía el cuerpo agonizante de Jorge Guamán, de 32 años. Así lo encontró un paramédico del Cuerpo de Bomberos cuando fue hasta un domicilio de la Ferroviaria, sur de Quito, la noche del pasado domingo.

Al uniformado le indicaron que había un herido producto de una pelea intrafamiliar, pero cuando él llegó, Guamán daba sus últimos respiros de vida. Intentó estabilizarlo para trasladarlo a una casa de salud, pero murió desangrado.

Luego llegaron policías de la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) para investigar el caso y detuvieron a tres personas que habrían compartido con la víctima horas antes, entre ellas Lorena Romero, su pareja.

Los uniformados levantaron indicios como un cuchillo que, al parecer, fue utilizado para victimar a Guamán y observaron que había botellas de alcohol y huellas de que consumieron estupefacientes.

El mayor Iván Naranjo, jefe de la Dinased, informó que Romero habría apuñalado por tres ocasiones a Guamán “motivada presuntamente por los celos”.

El mayor Daniel Torres, del Distrito Eloy Alfaro, añadió que uno de los cuchillazos le abrieron la arteria femoral de la pierna izquierda y esto habría causado el deceso del hombre. Su cuerpo fue llevado hasta el Departamento de Medicina Legal para practicarle los exámenes legistas.

Eran nuevos vecinos

Entre las tres personas que fueron detenidas estaba la hijastra de la sospechosa y su pareja, quienes regresaron al lugar de los hechos para explicar a los policías cómo habría ocurrido el crimen.

La mujer no paraba de llorar mientras señalaba el lugar donde murió Guamán. Ella les explicó a los gendarmes que junto a su novio intentaron detener a su madrastra, pero no pudieron. Tuvieron que alejarse para no ser lastimados.

Mientras tanto, afuera, los moradores del sector se aglomeraron para conocer qué había pasado. Ellos aseguraron que la pareja apenas vivía 15 días en el sector.

Cuando un oficial de la Dinased se acercó para pedirles información sobre la víctima y les dio el nombre de Guamán, los vecinos se miraron entre ellos y no sabían quién era.

Entre la multitud, una señora dijo que los familiares de la víctima vivían por La Argelia, sin embargo no quiso dar más detalles a la Policía.

Ningún pariente se acercó al lugar de los hechos y hasta el cierre de esta edición, el cadáver de Guamán permanecía en la morgue.