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Los rescatistas que tomaron el caso de Max informaron que es un cachorro.Cortesía

Abandona a su perrito para evitar que su familia lo maltrate

“Mis familiares lo maltrataban y siempre me dolía verlo en esas condiciones”, detallaba una carta que dejó el dueño, quien pedí ayuda para su mascota 

Los constantes golpes que recibía un perro orilló a que su dueño tomara la difícil decisión de abandonarlo en un parque. La historia del can llamado Max conmovió en las redes sociales, luego de que circulara su fotografía atado en una banca al sur de Ciudad de México.

Su examo se despidió de su mascota con una carta en la que explicaba los motivos por los que lo abandonó:

“Por favor te pido que adoptes a este perrito y lo cuides muy bien. El dejar aquí a mi perrito me duele mucho pero tomé la decisión porque mis familiares lo maltrataban y siempre me dolía verlo en esas condiciones. Así que si lees esto y te tienta el corazón, por favor adóptalo y cuida muy bien de él. Y si no, por favor, deja la nota en su lugar para que otros lo lean y lo adopten. Gracias”.

Tras la viralización del caso, la fundación Mascotas Coyoacán fue a rescatarlo. El animal estaba asustado, por lo que empezó a actuar en defensa propia intentado atacar al grupo de voluntarios. Sin embargo, la paciencia del personal logró que la mascota permitiera desatar la cadena y fuera llevado al albergue, reportó Infobae.

“Recibimos el reporte de este perrito, abandonado en una banca en un camellón, con una nota que pedía que lo adoptaran ya que sufre maltrato. Fuimos cuanto antes a resguardarlo; estaba muy asustado y hubo que acercarse con cuidado para poder llevárselo. Estaba gruñendo y con la cola entre las patas. Al final lo pude capturar y vamos rumbo al carro”, escribió Mascotas Coyoacán en Twitter.

Desde su cuenta oficial, la organización informó que se trataba de un cachorro y que ya estaban difundiendo su historia para encontrarle una familia responsable.

Por otra parte, los usuarios de la red social lamentaron lo sucedido y argumentaban que el exdueño de Max se trataría de un niño o adolescente por su caligrafía. No obstante, aún se desconoce la identidad del autor de la carta.