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Guayaquil
Desde hace 20 días no aparecen un padre, su hijo y sobrino: “¡Se los tragó la tierra!”
Ellos se dedicaban a la venta de vitrinas. Sus familiares tienen la esperanza de encontrarlos vivos, aunque en el sector donde los vieron la última vez les han dicho que los mataron y están enterrados
Han transcurrido 20 días y no hay rastro que conduzca para dar con el paradero de Leyton Roberto Pincay Reyes, de 39 años; su hijo Jordy Genaro Pincay Vimos, de 19; y el de su sobrino, César Gerardo Mora Pincay, de 22. Sus familiares temen lo peor.
El pasado 9 de octubre estos guayaquileños salieron desde sus casas en la manzana 3346 de la Sergio Toral 1, en el noroeste porteño, y se dirigieron hasta la cooperativa Cristal, en el Guasmo sur. En este sector desde hace dos semanas vendían vitrinas.
Olimpia Cruz Cevallos, esposa de Roberto, madrastra de Jordy y tía política de César, relató que sus familiares salieron a las 09:30 y ese día no los acompañó, como ya lo había hecho en otras ocasiones, porque había trabajado la noche anterior
“Laboro en el área de mantenimiento de un hospital. Mi esposo me dijo: ‘mija, quédate que estas cansada, trabajaste toda la madrugada. Mañana nos acompañas’. Antes pasaron por donde el señor que les vendía las vitrinas y luego tomaron el bus que los llevó al Guasmo. Desde ese instante se los tragó la tierra”, manifestó la mujer.
Dijo que a las 10:45 Jordy le envió un video a su novia, donde le mostraba que ya tenía las vitrinas y que estaban saliendo hacia el Guasmo. Dos horas después, a las 12:50, Roberto le envió un mensaje en el que le decía que en cinco minutos se bajaban del bus y que cuando se desocupara le escribiría.
“Me dijo: ‘mi amor, ya sabes cómo es esto, apenas tenga un brazo desocupado te escribo’. Entendí porque conozco el trabajo. A las 14:27 le escribí y él solo me contestó ‘Oki’. Ese fue el mensaje que recibí”, señaló.
Desde ese momento supo que algo no estaba bien. Un mal presentimiento la atormentaba. Las horas transcurrían y sus seres queridos no daban señales de vida, no respondían las llamadas ni los mensajes.
la búsqueda
Al día siguiente sus familiares se dirigieron hasta el Guasmo sur para comenzar la búsqueda. Personas que se condolieron de su desesperación les dijeron que los habían visto y que incluso a Genaro le brindaron un vaso con agua.
“Una señora nos dijo ‘por aquí estuvieron, se fueron para al fondo, les advertimos que ese sector es peligroso’. Pero cuando fuimos hasta esa zona la gente no nos dio información y cerraron las puertas. Un señor le dijo a mi papá que buscáramos en el sector donde hubo un operativo de narcos, que allí estaban enterrados”, relató.
Contó que los moradores temían hasta recibir las hojas en los que aparecen los rostros y nombres de sus familiares. “Nos han dicho tantas cosas, que el sector es malo y que a quienes residen allí no les gustan los extraños, que están muertos y enterrados. Pero mi corazón me dice que están vivos. Ya pusimos la denuncia, pero la Policía nos dice que está investigando y que debemos esperar”, afirmó.
Para Mireya Pincay es más doloroso hablar de la desaparición de sus seres queridos, pues los tres llevan su misma sangre y solo el pensar que no los volverá a ver la destroza.
“Se trata de mi hijo, mi hermano y mi sobrino. Mi muchacho (César) tiene un bebito de 4 meses y salió a trabajar porque necesitaba comprarle la leche y los pañales, era la primera vez que salía con su tío y su primo”, contó llorando.