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181 cantones se han visto afectados por el fuerte invierno
Carreteras destrozadas, pueblos inundados, pérdidas económicas y retraso en el regreso a clases en algunos planteles de la región Costa son las secuelas del cruel temporal
Las fuertes lluvias siguen causando estragos en el país. San Pedro no ha dado tregua y desde el 1 de enero hasta el 23 de abril de este año, 181 cantones se han visto afectados por 1.630 eventos peligrosos causados por esto. Así lo refleja el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos.
El reporte da cuenta de 30 personas fallecidas y 37 heridas a nivel nacional. Asimismo, 617 unidades educativas han sido perjudicadas por el invierno y desbordamiento de ríos.
Por tal motivo, se postergan las clases presenciales en los cantones Santa Lucía, Colimes, Balzar, Palestina y Salitre, en Guayas; y el cantón Vinces, de Los Ríos. Los alumnos de planteles fiscales regresarán a partir del 2 de mayo, de manera progresiva.
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Y si se habla de los puentes, 40 han quedado destruidos. Las provincias con problemas serios al respecto son El Oro (10 se vinieron abajo), Loja (8), Cotopaxi (5) y Pichincha (4); situación que complica el comercio y la comunicación entre cantones. Cabe destacar que 39 puentes tienen afectaciones en sus estructuras.
- Alerta y emergencias
Desde el inicio de este año hasta el 23 de abril, han sido declarados en emergencia varios cantones de provincias como Guayas, Galápagos, Loja, Carchi, El Oro, Manabí, Cotopaxi, Santo Domingo de los Tsáchilas, Bolívar, Chimborazo, Los Ríos, Napo, Santa Elena y Zamora Chinchipe.
Los Ríos, Guayas y Manabí, así como Imbabura y Morona Santiago, son las provincias con mayor impacto en los últimos 15 días.
- Esmeraldas: Familias bajo el agua
El aumento del caudal del río Esmeraldas volvió a inundar los barrios que se asientan en las riberas del afluente. En los sectores La Propicia 1 y 2, el agua entró a las casas de las humildes familias desde las 15:00 del 23 de abril y hasta este 24 de abril la situación seguía igual en esta zona esmeraldeña.
“Necesitamos ayuda urgente, que nos reubiquen, porque si viene el fenómeno de El Niño como dicen, nuestras casas van a desaparecer. Nuestras vidas corren peligro”, pidió Clemente Valverde, habitante de La Propicia 1.
“Dos veces, en menos de una semana, que nos pasa esto. Necesitamos que nos evacuen y nos lleven a un lugar seguro, porque aquí hay muchos niños”, reclamó Marcos Arboleda.
Solo en este sector de La Propicia 1 y 2 se estima que hay por lo menos unas 45 familias afectadas, según la Unidad de Gestión de Riesgos de Esmeraldas.
Con muebles, colchones y enseres flotando a la deriva, amaneció la casa de Cristhian Mina, quien vive en la isla Luis Vargas Torres, otro de los sectores urbanos más afectados por el aumento del caudal del río Esmeraldas.
Esta es la tercera vez que Mina y su familia pasan una situación como esta en los ocho años que llevan viviendo en este populoso sector esmeraldeño. Con él viven su esposa y dos pequeños hijos. Como no tiene otro lugar al cual ir, se ha resignado a ser víctima de la naturaleza.
- Guayas: Ni el ‘cuerpeo’ se salvó de las inundaciones
Una odisea viven desde hace cinco días los propietarios de los tres centros de diversión de adultos de Laurel, parroquia de Daule (Guayas), ya que los clientes y algunas chicas se han ausentado debido a las inundaciones.
Magaly, una de las trabajadoras sexuales, comentó a EXTRA que en cinco días ha perdido más de 500 dólares. “Del cero no he salido”, manifestó al hablar de sus ingresos.
La parroquia Junquillal, de Salitre, ubicada a 10 minutos de Laurel, también está inundada desde hace cinco días. Aproximadamente el 60 % de esta localidad está bajo el agua.
Verónica Contreras, residente de esta parroquia y concejal de Salitre, dijo que son más de 10 recintos los damnificados en este sector. “Más de mil familias están afectadas y hasta el momento ninguna autoridad se hace presente”, aseveró Rosa Magallanes, del recinto Hacienda Nueva, de Salitre.
- Los Ríos: Literalmente, sus calles son afluentes
Abel Rodríguez ya no quiere invertir en su sembrío, pues teme que el desbordamiento del río Catarama arrase con todo su capital y termine endeudado. Su postura es la misma de algunos agricultores del recinto La Irene en el cantón Urdaneta, provincia de Los Ríos.
En esa zona rural la crudeza del invierno anegó sembríos de ciclo corto y algunas viviendas. El desbordamiento del río Catarama también afectó una vía de segundo orden en el recinto El Caimito. Las autoridades de la Secretaría de Gestión de Riesgos identificaron 45 familias afectadas y dos clanes en hogares acogientes.
Entre tanto, en el recinto Barranco de la carretera Salampe-Río Catarama se encuentra cerrada la vía que conduce al cantón Caluma (Bolívar), debido al colapso de un puente por el socavamiento en sus bases.
Otros cantones que también registran problemas por el invierno son Baba, Vinces y Mocache. En el primero, recintos como Chontal Uno y Dos, Progreso, La Semira, La Chontilla, El Jobo y Marañón registran acumulación de agua.
Quevedo también sufre por los aguacerones. Julia Villegas es moradora del sector El Pantano y amaneció inundada, con el agua hasta las rodillas. En los sectores El Recreo 1 y 2, por el puente Sur en la parroquia San Cristóbal, pasó algo parecido. Estas zonas son consideradas vulnerables por las autoridades.
El jefe de Gestión de Riesgos en la ciudad de Quevedo, Wilson Pérez, detalló que revisaron la cota del río y explicó que la creciente del afluente los mantiene en alerta.
- Manabí: Hasta con vientos huracanados...
En la provincia de Manabí, la Prefectura ha generado 341 respuestas de emergencia en 18 cantones por el temporal invernal. Entre estos están Chone, Manta, Pichincha, Bolívar, Sucre, Jipijapa, Paján, Portoviejo, Santa Ana, entre otros.
El invierno ha traído lluvias acompañadas con vientos huracanados. Esto último fue lo que ocurrió en el balneario de San Clemente, cantón Sucre, norte de Manabí.
“Hace 20 años vivimos lo mismo”, recordó Magdalena Balderramo, dueña de un restaurante ubicado frente a la playa El Capitán. Allí las fuerzas de los vientos afectaron el tejado. Al menos cinco casas y cabañas fueron dañadas.
Carlos Villacreses, coordinador de Infraestructura de la Prefectura de Manabí, indicó que una de las principales problemáticas que genera el invierno se da por los asentamientos humanos en zonas de riesgo.
Uno de estos lugares es una ladera en la comunidad de Santa Rosa, territorio de la parroquia San Lorenzo, en la zona rural de Manta. Allí hay cinco viviendas que están a punto de colapsar.
Otro sector donde se ha activado la alarma es La Vainilla, en el cantón Santa Ana. Desde el 16 de abril se abrieron grietas en la tierra y con el invierno el problema ha empeorado.
- Santa Elena: Ocho millones para levantarse
En La Libertad se vivió tremendo susto por las lluvias en el barrio Virgen del Carmen, cuando un auto cayó en un ducto. El estruendo alarmó a los moradores, que lograron rescatar al chofer.
En el complejo de aguas termales en la comunidad de San Vicente, un grupo de turistas que se encontraban en las piscinas resultaron atrapados, pero fueron auxiliados por los pobladores. “Llovió tan fuerte que en cuestión de minutos todo se inundó. Parecía un diluvio, los visitantes estaban dentro del centro turístico”, narró la residente Nanci Borbor.
Según el prefecto José Daniel Villao, se necesitaría que la provincia sea declarada en emergencia, pues se requiere de ocho millones de dólares para mitigar los daños.
- Pichincha: La lluvia dejó gente damnificada
El fuerte temporal que se registró durante el fin de semana (21-23 de abril) no solamente dejó estragos en la carretera que conecta a Alóag (Mejía) con Santo Domingo de los Tsáchilas. Los 19 deslaves que ocurrieron también ocasionaron problemas en el sector de Tandapi, parroquia perteneciente al cantón mejiense.
En imágenes difundidas en redes sociales se observa cómo una gasolinera fue afectada por la caída de lodo y rocas. Aunque las afectaciones no dejaron personas heridas, sí provocaron daños materiales de consideración.
Pero eso no fue todo. A más de la gasolinera, la gente que reside en Tandapi también fue víctima de la inclemencia temporal. El río que lleva el mismo nombre de esta parroquia tuvo una crecida en su caudal, por lo que inundó las calles y algunos inmuebles.
Los afectados hicieron limpieza en los domicilios perjudicados. Además, la Prefectura de Pichincha comunicó que se adecuó un albergue para los damnificados. Se esperaba que se disponga la entrega de alimentos y demás enseres para quienes lleguen a esos puntos de ayuda.
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