La conexión geográfica con seis cantones del Guayas y uno de Los Ríos y su territorio ‘casi virgen’ para las actividades delictivas organizadas hacen de Samborondón una ruta apetecible para los grupos criminales. Uno de ellos es de la localidad; el otro, de una ciudad cercana que busca asentarse en este cantón que tiene más de 100.000 habitantes.

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Hasta 2019, el 90 % de los crímenes suscitados en Samborondón (que conforma la Zona 8 junto a Guayaquil y Durán) se debían a problemas intrafamiliares o líos de tierras entre comuneros. Sin embargo, el asesinato de un líder criminal desató una guerra que hoy ha duplicado el número de muertes violentas en relación con el año anterior. Del 1 de enero al 20 de junio de 2023, 10 personas fueron asesinadas; mientras que durante 2024, en el mismo lapso, han matado a 21.

Una fuente explica a EXTRA que la confrontación entre dos familias oriundas de este cantón (los Cavagnaro y los Sánchez) desató el ‘lado oscuro’ de estas personas dedicadas a la compra de ganado y venta de carnes. Revela que desde hace casi cuatro años, los Chone Killers, organización criminal de Durán, han intentado tomar el control del territorio para la ejecución de delitos como microtráfico, robos, extorsiones y secuestros.

“Los Cavagnaro son una familia nativa de Samborondón. Siempre han tenido la hegemonía, hacen y deshacen. Eran cuatro hermanos. Dos de ellos han sido asesinados. Primero se enfrentaron a una familia, mataron a uno de sus integrantes; luego en represalia también hubo dos muertos, una de cada lado. En su ambición por el dinero se volvieron usureros, prestaban dinero y a quienes no pagaban, a la fuerza les quitaban sus casas o sus vehículos”, narra.

Pero esto solo habría sido el surgimiento de los Cavagnaro en el mundo delictivo, indica el investigador. En su afán por abarcar todo el territorio, no se conformaron con ser chulqueros, también se vincularon al microtráfico, luego a la extorsión y por último al secuestro de personas.

Entre sus víctimas están los agricultores y comerciantes del cantón. Para extender sus tentáculos criminales y “obtener el control del pueblo se asociaron con Los Lobos, luego con Los Lagartos y finalmente con Los Tiguerones; pero ya los Chone Killers habían hecho su ingreso y marcado territorio. Desde la muerte de Leiner Lara Alao, alias Negro Leiner (octubre de 2020), quien era ‘lagarto’, esta banda de Durán ha intentado tomarse Samborondón. (La violencia actual) Es por la guerra con esta familia, que tenía casi todo el dominio”, dice la fuente.

En 2023 los enfrentamientos se volvieron cada vez más sangrientos entre los Cavagnaro y los Chone Killers, pues estos últimos, al estar mejor equipados y ser un grupo criminal más predominante, ejercen mayor control en Samborondón, uno de los 25 cantones del Guayas, donde sus pobladores, quienes se dedican a actividades ganaderas y agrícolas, ahora viven llenos de terror por la ola de asesinatos, robos, secuestros y extorsiones que cada vez cobran más fuerza.

La fuente policial indica que por su ubicación, Samborondón se convirtió en una ‘mina de oro’ para las organizaciones criminales, ya que sus múltiples vías, que conectan con varios cantones, sirven como paso estratégico para la entrada y salida de droga y armas. Además, en sus terrenos montañosos pueden ocultar toneladas de estupefacientes. Incluso, hay narcocriminales que hacen sus guaridas en estas localidades, siendo las fincas, las piladoras o las orillas del río los escondites perfectos.

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“Samborondón, por tener varias vías de salida, se presta para muchas cosas. En abril pasado en este cantón fue detenido Carlos González, conocido con el alias de Comandante Carlitos, presunto líder de una organización delictiva dedicada al tráfico internacional de droga. Los negocios como camaroneras y empresas de seguridad habrían sido una fachada para camuflar sus actividades ilícitas. En las urbanizaciones de la vía a Samborondón también se ocultan delincuentes. En febrero pasado en un inmueble de La Puntilla fue detenido José Cavagnaro, alias Toro. Este hombre sería el responsable de hechos de sangre y de otros delitos ocurridos en este cantón”, asegura.

Manuel Briones Sandoya ha residido toda su vida en Samborondón, trabaja como técnico y reconoce que desde hace un año los habitantes viven en constante temor, por el auge delincuencial que se ha desatado y que los obliga a cerrar sus negocios más temprano. “Ya a las 16:00 nos guardamos. Desde hace dos meses comenzaron las ‘vacunas’. La presencia policial es escasa”, sostiene.

Otra samborondeña, Francia Ladines, coincide con Manuel, pues afirma que antes las personas podían salir a pasear en las noches con sus hijos o acudir a un restaurante, pero ahora, por los robos y asesinatos, optan por quedarse en casa.

“Nos sentimos desprotegidos, vivimos en zozobra. Cualquiera de nosotros puede ser víctimado, como ocurrió con el dueño del restaurante Mikhuy (Johny Delgado). Él era muy conocido. Supuestamente estaba siendo ‘vacunado’, es lo que comentan en el pueblo”.

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El teniente coronel Mauricio Santamaría, jefe del distrito Samborondón, dice que este cantón se ha caracterizado por ser un distrito tranquilo, pero reconoce que sí ha existido un repunte “mínimo” en varios delitos, debido a la penetración de una banda criminal que está asentada en otro cantón de la provincia.

“En Samborondón no hay organizaciones establecidas. Vienen de Durán a cometer sus hechos violentos y se van. No podemos permitir que se apoderen de este territorio. Estamos coordinando diferentes tipos de operativos para impedir esto”, declara.

También hace referencia a las dos familias que se han ‘dado bala’ entre sí, producto de una riña que viene de años. Ambas actúan al margen de la ley, ya que dedican a delinquir. “Están siendo investigadas por la Fiscalía, muchos tienen boletas. Las tres víctimas del fin de semana anterior eran cercanas a ellos. Fueron atacados por una organización delictiva que no está asentada en Samborondón, son del distrito aledaño”.

Daniel Pontón, académico especialista en temas de seguridad, no duda que la cercanía de Samborondón con otros cantones, en especial con Guayaquil, convierte a este cantón en un ‘atractivo’ para las organizaciones delictivas, ya que sirve como enlace para el traslado de droga hasta el puerto marítimo.

“Samborondón tiene vías rápidas. Sus montañas también son útiles para el ocultamente de alcaloides. Con respecto al surgimiento e introducción de nuevas organizaciones criminales, es normal que pase, ya que la delincuencia busca nuevas formas de surgir y apoderarse de lo que ellos llaman sus plazas de trabajo”. 

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