Chaupi se ‘achola’ ante las cámaras, pero en la estación de Bomberos Quito es prácticamente el jefe. El perrito mestizo ahora es miembro de la institución. No se conoce su edad. Chaupi era cuidado por la comunidad de Chaupimolino en Pifo, nororiente de Quito. En los incendios forestales de agosto de 2023 tuvo varias quemaduras en el estómago, genitales y patas.

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Estuvo por la zona boscosa de la zona hasta que se encontró con los bomberos, quienes lo sacaron de allí, atendieron sus heridas y lo llevaron a la veterinaria. En los incendios forestales que vivió Quito, en el 2023, resultó herido, pero logró recuperarse y hoy es uno de los animales sobrevivientes de los flagelos.

Durante su recuperación, lo visitaron y estuvieron pendientes de su evolución. No solo eso, el comandante Esteban Cárdenas decidió adoptarlo y llevarlo a la comandancia. Es un bombero honorario y el animal de compañía de los casacas rojas. No hay mayor ejemplo del daño que los incendios forestales pueden ocasionar que las cicatrices del animalito.

Según un estudio de la Secretaría de Ambiente, la capital es muy susceptible a la recurrencia de incendios forestales, especialmente durante los meses de julio, agosto y septiembre. La época seca llega con fuerte sol y vientos que ayudan a dispersar el fuego. Solo en 2023 se han destruido 1.743 hectáreas de terreno producto de 873 incendios forestales.

El 28 de mayo, el Concejo Metropolitano aprobó la ordenanza que busca regular el uso del fuego. La iniciativa nació porque el 61 % de incendios responde a quemas agrícolas y el 25 % a la quema de desechos. Esteban Cárdenas explicó que ya se han mapeado las zonas más vulnerables. “Especialmente en el valle de Tumbaco y La Delicia, toda la línea que va desde Pifo y Tababela, porque es una zona de interfaz”, explicó.

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En total se han determinado 11 parroquias que tendrán mayor atención durante las siguientes semanas (ver infografía). En El Condado, se han registrado incendios en años anteriores. “Por estos barrios todavía hay gente que quema la basura o las hierbas”, comentó Juan Carlos Cañadas, vicepresidente de La Planada.

También se ha constatado que algunos ciudadanos no solo botan basura y escombros en las quebradas de la zona, sino que la queman. “Yo creo que la mayoría de incendios que tenemos en las quebradas son por pirómanos. Por lo demás, creo que las quemas deben ser controladas”, agregó el dirigente barrial.

En la reciente ordenanza se han determinado sanciones que van desde un salario básico: 460 dólares, hasta cinco salarios: 2.300 dependiendo de la gravedad de la infracción. Esto, además de ser un riesgo de incendio, se refleja en la contaminación del aire. “A los vecinos también les molesta el humo. Todo eso hay que tomar en cuenta”, explicó.

Según el Cabildo, entre las especies perdidas se encuentran: la falsa coral interandina, culebra boba verde, guagsa de Güenther, vencejos, huirac churos, gallinazos de cabeza negra, tórtolas, gorriones, búhos, tangaras, quindes, mirlos, pájaros brujos. Así como murciélagos, raposas, ratones andinos y puercoespines.

Además, la calidad del aire disminuye, afectando la salud de los quiteños. “Hay mucho trabajo que hacer, pero la red de monitoreo de aire nos permite identificar la dinámica y tomar decisiones puntuales”, dijo Santiago Sandoval, secretario de Ambiente.

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