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Crisis económica eclipsa las elecciones 2025: el testimonio de los más vulnerables
La falta de empleo hace que para muchos ecuatorianos las elecciones pasen a segundo plano
Tras ejercer su derecho al voto en las elecciones de Ecuador 2025, este domingo 13 de abril de 2025, la sombra de la incertidumbre económica persiste sobre muchos ecuatorianos. La preocupación de no saber si sus ingresos alcanzarán para cubrir las necesidades básicas de sus familias hasta fin de mes sigue siendo una angustiante constante, la realidad de muchos hogares en el país.
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Gabriela Moreno, residente de Guayaquil, personifica esta dura realidad. Ante la escasez de oportunidades laborales en la ciudad, se ve obligada a recurrir a trabajos ocasionales limpiando casas, lavando ropa o aceptando cualquier tarea que le permita obtener ingresos para alimentar a sus tres hijos de 8, 12 y 14 años.
"Las votaciones no me interesan", confiesa Gabriela con una mezcla de resignación y frustración. "Han pasado varios presidentes de distintos partidos y ninguno nos ha sacado de esta pobreza... cada vez hay menos trabajo y obligadamente toca hacer de lo que me ofrezcan. Las elecciones más bien me quitan tiempo para ganar dinero".

El costo de vivir en la informalidad en Ecuador
Similar es el sentir de Carlos Viteri, de 45 años, quien diariamente "camella" como taxista en un vehículo alquilado por $30 la jornada. Su asistencia a las urnas, más que un acto de convicción, responde a la necesidad de evitar la multa de $47, equivalente al 10% del salario básico unificado.
"Mi preocupación (ayer) no es votar, es porque espero sacar para la guardia del taxi", explica Viteri, reflejando la inmediatez de sus necesidades económicas. "Por la pobreza, al pueblo le toca ver cómo gana plata. Esperemos que el que vaya a gobernar entienda esto y nos puedan ayudar. Aunque tampoco espero mucho de ellos".
Pobreza que vota sin esperanza
Las voces de estos ciudadanos resuenan como un eco de la precariedad que afecta a una parte significativa de la población ecuatoriana. Su testimonio pone de manifiesto cómo las dificultades económicas cotidianas pueden eclipsar la importancia del proceso electoral, evidenciando una desconexión entre las promesas políticas y la urgencia de las necesidades básicas.
Para muchos, la lucha por llevar el sustento a sus hogares es una prioridad que demanda atención inmediata, más allá de los resultados de las urnas.
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